Carlos Aguilar, reconocido crítico e historiador cinematográfico que ya ha mostrado su inclinación por la relación entre cine y música en obras como Flamenco y Cine o Cine y Jazz, y del que recientemente hemos disfrutado Flamenco jazz: Historia de un amor, firmado junto a Anita Haas, nos presenta un libro que de alguna forma está relacionado con los citados: Julio Diamante y el Jazz: All Blue(s). En esta obra, profusamente ilustrada, se da cuenta de la relación entre Julio Diamante y el jazz, tal y como su título indica. El interés reside en la propia personalidad de Julio Diamante, figura clave del llamado Nuevo Cine Español, con películas como Tiempo de amor (1964) y El arte de vivir (1965), y otras cintas posteriores, caso de La Carmen (1975), donde expresó su amor hacia el flamenco. Aunque el libro se ciñe, en buena lógica, a una personalidad en concreto, la del propio Diamante, en cierto modo retrata el espíritu de la clase intelectual española de ese período del franquismo, cuando viajar a la vecina Europa significaba volver con el equipaje repleto de libros e ideas. La frontera era física y cultural.
Llega un momento en que la relación de Diamante con el jazz es tan estrecha que su vida y la difusión del jazz en España se confunde. De hecho, fue conductor del primer programa radiofónico consagrado a esta música, género a contracorriente en aquel momento y en aquella España, tal y como indica el autor en el libro, por cuyas páginas pasean la apertura de los locales donde se podía escuchar jazz y donde tuvieron lugar conciertos míticos, como el de Lionel Hampton o Gerry Mulligan.
Mención aparte merece la
espléndida documentación gráfica que acompaña a este libro, así como varios
documentos de valía, entre ellos el guion de Teclado en rojo, firmado por
Diamante y Jesús Franco, proyecto que nunca fue filmado y que hermanaba
thriller y jazz; o el guion del programa para TVE Amar el jazz, que tampoco vio
la luz.
Los éxitos y los fracasos, los
músicos y las revistas especializadas, la radio y la televisión… todo ello compone esta
intrahistoria desvelada por Carlos Aguilar en una suerte de homenaje a un
cineasta y a un intelectual cuyo recorrido vital y profesional, así como su
relación con el jazz, ocupan una obra como esta, postrer testimonio que merece una lectura atenta.
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