Hace poco tuve el placer de ser
invitado por la página argentina GComics para hablar sobre la figura de Floc’h,
alguien de quien ya hemos hablado con anterioridad en este blog. La charla con
Gonzalo García y Mario Dvorkin fue muy interesante y enriquecedora. Pero, como
siempre quedan cosas en el tintero, escribo este artículo para profundizar un
poco más en el tema, aprovechando que me volví a sumergir durante unos días,
con ocasión de la charla, en el mundo de este gran artista.
Si tuviera que buscar un adjetivo
para definir el dibujo d Floc’h, sería elegante.
Hay autores que destacan tanto
por los dibujos como por la elección de los motivos: en cuanto a épocas, personajes,
vehículos, vestimentas, arquitecturas, etc. y en ese sentido creo que Floc’h ha
sabido siempre elegir esos ambientes en los que se mueve como pez en el agua:
el ambiente de los años 40, generalmente en un entorno acomodado, la segunda
guerra mundial y la posguerra más inmediata, que cuadra perfectamente con
historias de misterio, policíacas, etc. con cierto aroma clásico.
Jean Claude- Floc’h, hermano
menor del también dibujante Jean-Louis Floc’h, nació en Mayenne (Francia) en 1953. Estudió en la Escuela
de Artes decorativas de París y comenzó su carrera como dibujante haciendo ilustraciones
para libros y periódicos. Creó su primer comic, “Le conservateur”, junto a
Rodolphe, para la revista Imagine en 1977. Poco más tarde, inició su colaboración
con el guionista François Rivière para la revista Pilote, con Cita en Sevenoaks
(1977), Dossier Harding (1979) y En busca de Sir Malcolm (1985). Estos tres
álbumes se conocerían más tarde como “La trilogía inglesa”.
En 1981, En paralelo a la última
entrega de esta trilogía, arranca la segunda., “Blitz”, también con el hilo
conductor de Francis Albany y Olivia Sturgess, aunque su presencia aquí es más
bien testimonial. Los dos siguientes volúmenes fueron “Underground” (1996) y
“Blackout” (2009). Como se ve, el ritmo de publicación se deceleró notablemente (casi 20 años para
tres álbumes) pero no así la calidad.
En esta segunda trilogía el papel
de Floc’h es más amplio, pues no se limita al dibujo sino que co-escribe las
historia con Rivière, y son presentadas como por “Floc’h- Rivière” en lugar de
“Rivière-Floc’h”
La trilogía inglesa se cierra en
falso, dado que posteriormente van
apareciendo obras más o menos conectadas con ellas, no encuadrables en
el comic como tal, como la novela ilustrada “Meurtre en Miniature (1994) y “Olivia Sturgess 1914-2004” (2005), una especie de biografía
del personaje novelada e ilustrada.
Posteriormente el dúo vuelve en 2013 con “Ville Mauresque”, biografía del
escritor Somerset Maugham.
Con Jean-Luc Fromental ha colaborado
en “No hay dos sin tres” y “Ma vie”. Esta último obra fue objeto de una
continuación “Ma vie 2” realizada por Floc’h en solitario.
Floc’h ha compaginado todos estos
años su labor como historietista con la de ilustrador, publicando dibujos en
revistas internacionalmente reconocidas como The New Yorker, Le Monde, Monsieur
y World of Interiors. Una obra curiosa y singular es la de sus portadas apócrifas de la revista Life,
recopiladas en los tomos “Life” y “High life” También ha trabajado en el cine,
colaborando con Alain Resnais, (carteles de Smoking y no smoking) Woody Allen
(carteles d desmontando a Harry, Melinda y Melinda) y Mike Leigh.
LA TRILOGÍA INGLESA: DE LA
INICIACION A LA MADUREZ
Lo primero que llegó a nosotros de
Floc’h fue la llamada Trilogía Inglesa, que en España conocimos a través de la
revista CAIRO. Se trata de tres álbumes muy diferentes en género, tono y estilo,
con un hilo conductor, que son los personajes de Francis Albany y Olivia
Sturgess. El estilo gráfico evoluciona rápidamente a través de estos tres álbumes.
El primero, Cita en Sevenoaks,
puede considerarse una obra inicial, primeriza, con un trazo aún incipiente
pero que ya apunta claramente a la línea clara. En el segundo, Dossier Harding,
ya observamos un trazo más maduro, que contiene la mayoría de los rasgos
característicos de lo que será su estilo posterior. Es lo que podríamos llamar
un álbum de transición. Y es en le tercero, “En busca de Sir Malcolm” donde,
sustituyendo la plumilla por el pincel, Floc´h encuentra definitivamente el
estilo en el que se encuentra a gusto.
En las conversaciones previas a la charla, Mario comentaba que para él Floc’h es un claro continuador de
Edgar P. Jacobs, su reencarnación más clara en una generación posterior. Por mi parte, veo muy importante la influencia
de Jacobs; sin embargo, me gustaría matizarla en algunos aspectos. Es cierto que
las proporciones de los personajes, con hombros anchos y, al contrario de los
de Hergé, nada cabezones, nos remite directamente a Jacobs. Sin embargo, creo
que Floc’h busca una simplificación de
los rasgos de los personajes que va
más allá, crea un lenguaje propio que se distancia del maestro. En los
fondos, por otra parte, creo que se aproxima más a Hergé en el modo un poco más
simplificado con que representa, por ejemplo, los paisajes. Y aquí diría que
sus árboles, paraderas o caminos de los fondos de Floc’h tienen un aire como Naíf
deliberado y muy característico, que yo diría que proviene de llevar a la
línea clara hasta sus últimas consecuencias: líneas imples y colores planos
allá donde algunos colaboradores de Hergé como Bob de Moor, se detenían en
dibujar con detalle las ramas de un árbol o las caras de una roca.
Otro aspecto en que Floc'h se
diferencia de Jacobs es en el modo de representar las figuras femeninas. Cierto
es que lo exige el guión y que en Blake y Mortimer la mujer brilla en general por su ausencia, y
algunas de las pocas que hay en El caso del collar, las dibujó su colaborador
Gerald Folton. Para dibujar a las mujeres Floc´h acude a Milton Caniff, Al Capp
y en general al comic americano, y logra trasladar estas influencias al
lenguaje de la línea clara, con muchísimo éxito.
Pasando a la trilogía Blitz,
destaca el trazo más grueso tanto de figuras como fondos, en la línea de En
busca de Sir Malcolm pero más acentuado, así como la búsqueda de la
simplicidad.
Para hablar del argumento de estos
tres álbumes, hablamos de su guionista François
Rivière, cuyo nombre va indisolublemente unido al de Floc’h. En el aspecto del guión, percibo también como un viaje a través de
los géneros: El primero se nueve en el campo del relato de terror al estilo de
Edgar Allan Poe o Algernon Blackwood. En
el segundo nos vamos a la novela policíaca pura al estilo de Agatha Christie (a
la cual se la homenajea, apareciendo como un personaje secundario al principio
de la historia) y terminamos la trilogía
con una entrega en un tono más de comedia con elementos de intriga..
La trilogía Blitz es, podemos
decir, la obra de madurez de Floc’h. Como decíamos antes, su implicación es más
amplia que en la primera trilogía, pues coescribe el guión.
El género en el que se encuadra
es el drama bélico. Si el tercer tomo entra más de lleno en la acción como tal.
Los dos primeros son relatos costumbristas bélicos. Narran la vida de unas
personas de distintas capas sociales,
aunque centrándose principalmente en la clase acomodada, en el Londres de la
época de la segunda Guerra mundial sometido a los bombardeos continuados de los
alemanes. La portada del primer tomo muestra magistralmente el contraste entre las
clases altas decididas a seguir con s u apacible vida, mientras la ciudad es
bombardeada: vemos en primer plano a la familia de Lord Hewston-Davis: el
señor, William, su mujer Daphne, su hijo Tony y Vanessa, la prometida de éste,
tomando el té tranquilamente frente a un muro semiderruido y con la ciudad al
fondo entre explosiones de bombas, amenazada por el ataque nazi.
La primera historia transcurre íntegramente
en la casa de los señores de Hewston-Davis. A través de los diálogos percibimos
la situación que atraviesa la ciudad, a la vez que asistimos a dos historias
que se desarrollan
de modo consecutivo:
una trama de espionaje, con cadáver incluido, primero, y una de corte romántico
después, con la visita de un primo de la familia que empieza a cortejar a la
prometida de Tony.
Aquí se muestra el interés de
Floc’h y Rivière por la
historia dentro de la historia, pues al final del álbum
descubrimos que los hechos a los que hemos asistido no son sino una obra de teatro,
que por demás ha sido escrita a medias por Francis, Albany y Olivia Sturgess,
bajo el seudónimo común de
Oliver Alban
(una combinación de
los nombres de ambos
(Oliver=Olivia, Alban= Albany), los protagonistas de la primera trilogía. Un
juego de ficción en la ficción que ya habían ensayado en “En busca de Sir
Malcolm”, dado que la historia en la que el lector se ve sumergido es en
realidad una ensoñación del propio Albany. Es curioso comprobar que la
estructura de las páginas responde perfectamente a lo que en el cine sería
“teatro filmado”. La composición es rígida, con cuatro tiras por página y cada
tira se divide en tres viñetas, o bien en dos y una doble. La estructura
narrativa se ajusta también a una obra de teatro en dos actos (el primero
termina con la resolución de la intriga de espionaje y el segundo arranca con
la llegada de Monty, el primo inoportuno). Pero nosotros no sabemos que lo es
hasta el final, cuando
el actor que
encarna a Lord Hewston-Davis se dirige al público diciendo que acaban de
representar la obra en dos actos “Blitz”
Este juego continuará en las dos siguientes
entregas: en la segunda, la acción forma parte de una película. Al final vemos
cerrarse un telón de cine y vemos en el público a los actores del filme que
asisten a l estreno de su película. Se riza un poco el rizo, pues la película
consta de dos historias, en las que los mismos actores encarnan a personajes
diferentes (al terminar la primera,
vemos brevemente los preparativos para la segunda y algunos diálogos entre los actores; entonces
nos damos cuenta de que estamos ante un rodaje). Esto es algo que implica por
parte de Floc’h una habilidad especial para que se reconozca a un mismo
personaje bajo dos caracterizaciones distintas.
Así pues, vemos a cada uno en tres papeles de diferentes: los de la
primera y segunda parte más el de sí mismo, el actor, en ese breve intermedio.
En el capítulo de los homenajes
cabe destacar que el director tiene bastante parecido con el personaje Francis Blake, en un claro homenaje a Edgar P. Jacobs.
En este segundo álbum asistimos a
una de los aspectos más característicos del Blitz: la vida en los subterráneos
del metro, utilizados temporalmente como refugios durante las horas de los
bombardeos, que solían se r al caer la noche. Los refugios están organizados
bajo la coordinación de un jefe o jefa de refugio, que provee de lo necesario a
cuantos se acerquen a buscar abrigo mientras dura el bombardeo, desde una taza
de té a ayuda médica, etc. En los subterráneos asistimos a
historias paralelas, como la pugna entre la posición de los patriotas y los que
propugnan un acercamiento a los alemanes, el romance entre Carolyn, la jefa de
refugio y el apuesto Percy o la falta de
escrúpulos de un hombre que tiene a su cargo a su sobrino y envía al muchacho a
entregar su apuesta para las carreras a una hora en la que pueden producirse bombardeos,
poniendo en riesgo su vida.
En el tercer álbum se escoge para
seguir el juego de ficción en la ficción el doble formato de relato y comic y
se vuelve a los personajes de Olivia Sturgess y Francis Albany manejando los
hilos. La primera parte del álbum está protagonizada por los personajes del
primer tomo de “Blitz”, esto es, la familia Hewston-Davis, y
es un comic (“Blackout)” dentro del comic,
que se supone guionizado por Francis Albany y con ilustraciones de una tal
“
Craigie”, publicado en la revista “
Dandy comic”.
La segunda parte es una serie
de relatos escritos por Olivia Sturgess para la revista “
The London literary Revue”
con una ilustración por página salida del lápiz de Craigie, la misma dibujante.
El primero,
“Eden” retoma los mismos personajes de Blitz. Queda claro que, después
de su colaboración en la obra de teatro Blitz, tanto Francis como Olivia
utilizan los mismos personajes para sus historias en solitario, sin informar
o pedir permiso al otro. Para más inri, Francis acude a la misma dibujante con
la que Olivia había colaborado ya en dos cuentos anteriores, “
Backstage” y
“
Fair Play”. Tanto Eden como estos dos últimos se nos ofrecen íntegros,
llegando lo autores así a su punto más alto de ruptura de géneros y juego de
meta-narraciones: el álbum se compone de un comic dentro del comic, una serie
de viñetas centrales que muestran a Albany con su comic y los relatos de
Olivia
en la mano, y por último los relatos
ilustrados de Olivia, ilustrados por una Cragie que debe ser un alter-ego de
Floc’h, pues su estilo es calcado al de él.
"No hay dos sin tres", publicado en España por glénat, es la más importante colaboración de Floc'h con el guionista Jean-Luc Fromental. Se trata de una historia sobre un triángulo amoroso en un ambiente de la alta sociedad, que nos remite al mundo de las novelas de Scott-Fitzgerald. Aquí cobra especial importancia
le presentación de la belleza femenina, hasta el punto que aparece un
strip-tease con desnudo integral con todas las de la ley, y hecho con una gran
elegancia. Logra que las escenas de amor con besos incluidos (ya vimos algunos
en La trilogía inglesa) no desentonen para nada con el estilo de línea clara.
A destacar también el uso del
color. Siguiendo las tendencias ya en boga en los 90, los colores no son
planos, sino que las figuras humanas se representan con una parte en luz y otra en sombra, pero sin usar el
negro ni el tramado manual, sino solo dos tonos distintos de color.
Para terminar, os animo a
revisitar estos comics y, por qué no, desempolvar en estos días de aislamiento
algún viejo ejemplar de la revista CAIRO y dejaros llevar por el talento de este gran dandy de la historieta.…hasta pronto, amigos!