El blog de José Luis Povo

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miércoles, 13 de abril de 2011

ASESINO de Jacamon y Matz




























Aprovechando la entrada dedicada en el foro de la BD, haré ahora un comentario más detallado de “Asesino” (Le tueur), única obra conocida hasta el momento de Jacamon y Matz en nuestro país. Nos encontramos de nuevo ante una serie cuya continuidad en España se ha visto interrumpida, ya que Casterman ha publicado hasta ahora ocho episodios en su colección Ligne rouge, de los que Norma solo ha editado cinco en castellano. No obstante, en esta ocasión ha habido suerte porque los capítulos publicados corresponden al primer arco argumental que, al menos, podemos leer en su integridad. Ignoro si en el futuro conoceremos los nuevos episodios publicados en su versión original, ya sea en álbumes individuales o en formato integral. Es el triste sino de los aficionados hispanos al noveno arte.
Los títulos de los álbumes aparecidos hasta la fecha son los siguientes:

1. Tiro por la culata, Long feu (1998).
2. El engranaje, L´engrenage (2000).
3. La deuda, La dette (2001).
4. Vínculos de sangre, Les liens du sang (2002).
5. La muerte en el alma, La mort dans l´âme (2003).
6. Modus vivendi (2007).
7. Le commun des mortels (2009).
8. L´ordre naturel des choses (2010).

La obra narra la autobiografía de un asesino profesional. Un hombre solitario y frío, metódico y concienzudo, que no se preocupa ni de escrúpulos ni de remordimientos. Compartimos sus pensamientos, aprendemos a conocerle, descubrimos su vida a través de numerosos flashbacks, y poco a poco nos acostumbramos a su lógica implacable de solitario hasta casi sentir simpatía por él. Los textos son, en su inmensa mayoría, un monólogo interior del protagonista de la serie, del que no conoceremos su verdadero nombre. Incluso se da la circunstancia de que alguno de sus infrecuentes compañeros de correrías se dirige a él llamándole “Asesino”. Al final nos damos cuenta de que nuestro antihéroe es un instrumento en manos de los poderosos (políticos, empresarios, mafiosos de todo tipo) que son los que verdaderamente toman las decisiones, aunque esa herramienta mortal puede resultar muy peligrosa y respondona.
Pese a tratarse de confesiones en primera persona, la serie no está exenta de dinamismo, por lo que se lee con rapidez, ya que las escenas de acción normalmente carecen de soporte narrativo. Las imágenes tienen una gran fuerza visual, destacando en especial el uso del color. En unas ocasiones Jacamon recurre a viñetas monocromáticas y en otras utiliza una amplia gama de colores para elaborar dibujos deslumbrantes, como los de las estampas venezolanas o alpinas. En definitiva, se trata de una serie muy recomendable para los aficionados a la BD en general y a la serie negra en particular. Lógicamente, la amoralidad del personaje principal y la violencia de las peripecias de éste, hacen que no sea adecuada para un público infantil.










El guión corre a cargo de Matz (Rouen, 1967) que pronto cambió su Normandía natal para crecer en la caribeña Martinica. Aficionado a la BD desde muy pequeño, se le cae la baba con Franquin, Lucky Lucke, Blueberry o Gotlib. Dejó sus estudios de Derecho para dedicarse a escribir y a pequeñas chapuzas. Matz reivindica múltiples y muy diferentes influencias, tanto del cine como de la literatura o incluso de la música, de personajes ficticios y reales. Lo que espera de un cómic es una historia bien entramada, original y entretenida, que plantee una cierta perspectiva subrayada por dibujos con personalidad y calidad. Considera que si se reúnen estos elementos se puede hacer del cómic un medio total, que puede aportar a sus lectores una experiencia comparable a una buena novela o una buena película. Su primer guión, Bayou Joey, realizado con Jean Christophe Chauzy es publicado por Futuropolis en 1990. En Casterman, aparte de Le tueur y Cyclopes, crea con Wilson Du plomb dans la tête y en Delcourt con Dominique Bertail, Shandy, un Anglais dans l´Empire.
El dibujante es Luc Jacamon (Haute-Saône, 1967), un autor de escasa producción tebeística y que actualmente se dedica a la realización de trabajos publicitarios. Su primera aparición en el mundo del cómic se produce en 1986, consiguiendo un premio Alfred escolar en Angoulême. En 1989 entra en la escuela de Artes Aplicadas, en la rama de Imagen y Comunicación, dedicándose durante los años noventa a la publicidad y la ilustración. Conoce a Matz a través de un amigo común que trabajaba con éste en la misma empresa. Juntos lanzan “Asesino” editada por Casterman. También con guión de Matz y en la misma editorial, Jacamon dibuja los dos primeros álbumes de la serie Cyclopes, titulados “La recrue” (2005) y “Le héros” (2006), encargándose de la parte gráfica de los álbumes siguientes Gaël de Meyere.
Espero que estos comentarios hayan servido para que a alguno le pique la curiosidad de revisar esta notable serie. Por cierto, al parecer Paramount Pictures ha adquirido los derechos de esta obra para trasladarla a la gran pantalla en 2012 con el título de "The killer" y bajo la dirección de David Fincher ("El club de la lucha", "Seven", Zodiac" o "La red social").

martes, 5 de abril de 2011

JONAS FINK de Vittorio Giardino




Desde mi punto de vista, el italiano Vittorio Giardino (Bologna, 1946) es uno de los mejores artistas del cómic actual, tanto en su faceta de dibujante como de guionista. Es por ello que prácticamente la totalidad de su obra, una quincena de álbumes, ha sido publicada en nuestro país por Norma editorial, aunque como punto negativo señalar que la misma no es demasiado prolífica, especialmente en los últimos años.

Hay que destacar que el maestro boloñés empezó a publicar de forma tardía, a los 31 años, ya que antes de dedicarse profesionalmente al noveno arte ejerció su profesión de ingeniero electrónico. Nos encontramos ante un dibujante autodidacta que por el amor a la Historieta dejó su seguro trabajo para dedicarse a la actividad que le apasionaba.

Dentro de las creaciones de Giardino distinguiría dos grandes grupos. Uno que denominaría como divertimentos, es decir, obras ligeras con unos guiones sin demasiadas pretensiones pero, eso sí, con un dibujo excepcional, marca de la casa. En este grupo incluiría a “Little ego”, homenaje en clave erótica y femenina al clásico “Little Nemo” de Winsor McCay, los tres álbumes de “Vacaciones fatales” y, por último, “Eva Miranda”, la única obra de la que no ha realizado el guión ya que su autor es Giovanni Barbieri. Es indudable que, como buen italiano, Giardino aprecia la anatomía femenina y el erotismo abunda en estas creaciones, eso sí, sin llegar a los excesos de su compatriota Milo Manara.

En el otro apartado incluiría sus obras “serias” y adultas, en un sentido completamente distinto al que suele darse a este adjetivo, es decir, que pueden disfrutarse por un público mayor de edad sin necesidad de desnudos. En este grupo incluiría “Sam Pezzo”, detective privado en clave de serie negra, “Max Fridman”, agente secreto al que hemos seguido en “Rapsodia húngara”, “La puerta de Oriente” y los tres episodios de de “No pasarán”, y la obra a la que dedico esta entrada, “Jonas Fink”, para mí la más interesante de todas.

Jonas es un muchacho checoslovaco que vive en la Praga de los años 50 dominada por los comunistas. La historia se inicia cuando Arthur Fink, el padre de nuestro protagonista, es encerrado en 1950 por contrarrevolucionario y su entorno familiar se ve brutalmente golpeado. A partir de entonces, nuestro personaje debe iniciar una rápida transición para abandonar su infancia y enfrentarse a una dura realidad vital que no le pondrá las cosas fáciles y que además tendrá que superar la cruel discriminación que él y su madre reciben por parte de las autoridades comunistas. Hasta el momento han aparecido dos episodios, “L´infanzia” (1994), premio Alph Art al mejor álbum extranjero del año 1995 en el Festival de Angoulême, y “L´adolescenza” (1997). En España han sido publicados por Norma en tres álbumes, al subdividirse en dos capítulos el segundo de ellos, y llevan por títulos “La infancia” (1995, Cimoc Extra Color 123) “La adolescencia” (1997, CEC 143 y “La juventud” (1998, CEC 150).

Nos encontramos, por lo tanto, ante una excelente obra en todos los aspectos. Por un lado, un guión interesante, perfectamente recomendable para personas no aficionadas al cómic, con un argumento inteligente, que mezcla las vivencias personales de los personajes con un concreto trasfondo político y social. Por otro lado, unos dibujos de línea clara maravillosos, a los que siempre nos tiene acostumbrados este autor, con un color deslumbrante y una documentación trabajada, destacando los bellos rincones de la ciudad de Praga. Esperemos que, tras un parón de catorce años, podamos ver pronto la continuación de las aventuras de Jonas Fink y que esta entrada pueda servir de modesto incentivo para su lectura.