Ayer tuve el placer de participar en las Jornadas comiqueras de la Fnac de Madrid, en el día de apertura de este magno evento que se prolongará hasta el domingo.
Fue un verdadero honor estar presente en este entorno y en tan buena compañía, por lo que no puedo sino agradecer a SD y a la Fnac esta oportunidad que se me brindó de hablar sobre lo que más me apasiona. el comic de línea clara, y presentar un avance del álbum en el que estamos trabajando actualmente Pablo Herranz y yo: el segundo tomo dela colección Miquel Mena, S.O.S. Zeppelin, que publicará a mediados de 2.014. Netcom 2 Editorial
Gracias a la impagable presencia de Jesús Caso puedo ilustrar esta entrada con sus magníficas fotos.
Agradezco de corazón su presencia a todos los que compartieron conmigo este rato, entre los que se encontraban familia, amigos y gente del mundo del comic. Juan d'Ors, que además de muchas otras cosas es el gran teórico de la línea clara en nuestro país, no quiso perderse el evento, como tampoco el presidente de la Asociación tintinófila Mil Rayos!, Fernando Rodríguez. Por allí estaban también el creador del blog en español de Blake y Mortimer, Miguel Frognier, y miembros del foro de la T.I.A. como el Señor Ogro, Kaximpo y Rafa d'Abastos.Tuve el gran gusto de conocer en persona a Montse Domenech, gran apasionada y "activista"del cine, la música y las artes en general que día a día nos enriquece un poco más a través de su facebook. Gracias también de nuevo a Netcom 2 por la confianza que deposita en Pablo y en mí.
Y para compensar a los que por la distancia no pudísteis acercaros,
reproduzco aquí un resumen de la charla. Gracias de nuevo a todos!!
AVENTURAS Y LÍNEA CLARA FRACO/BELGA: UNA TRADICION VIVA
Hergé es considerado por muchos como el primer
dibujante de línea clara, siendo los anteriores precursores. Desarrolló un
estilo de dibujo que fue evolucionando y que en sus inicios más tempranos se
vio influenciado por varias fuentes de inspiración: tanto americanas: (a través
de Winsor McCay y George MacManus, entre otros) como europeas: (Benjamin
Rabier, René Vincent. y poco más tarde Alain Saint-Ogan ).Las
cualidades que admiraba Hergé en Alain Saint-Ogan, creador de Zig et Puce,
eran la claridad, la legibilidad, y la precisión.
Hay que mencionar también la influencia del Dibujo
chino, que le llegó a través de su amigo Tchang Tchong-Jen. De este arte, Hergé
aprendió el gusto por el orden, la conciliación entre minuciosidad y
simplicidad, armonía y movimiento.
Os propongo un pequeño
ejercicio de observación, como ejemplo de la importancia de los detalles en
la narración. Tomemos la viñeta de la página 55 de Las 7 bolas de cristal.
Se ve el coche en el que van nuestros amigos
visto desde atrás entrando en un pueblo. Pero los detalles nos dicen mucho más:
A la derecha, el cartel de señalización nos informa de que estamos llegando a
Saint Nazaire. A la derecha, vemos el muro de una zona de naves y chimeneas.
Hay un ciclista al que acaban de adelantar nuestros amigos que se dirige en la
misma dirección, gente vestida para ir a trabajar a los muelles y un hombre
llevando mercancía en una pequeña carretilla: es un puerto comercial. A la
izquierda, junto a las fachadas de locales con toldos, la acera está
concurrida. Al fondo, las grúas parecen indicar que no estamos lejos del
puerto. Todo esto en una viñeta cuadrada, de las pequeñas, de apenas 6 X 6
cm
Hergé nos contaba cosas del mundo real a veces a
través de lugares creados por él, países imaginarios como la inolvidable
Syldavia, a través de la cual hablaba de acontecimientos reales que acontecían
en la Europa real. He seleccionado imágenes de “El Cetro de Ottokar” porque la Syldavia
de Tintín recuerda en algunos aspectos al imperio
austrohúngaro de principios del siglo XX.,en le que se desarrolla la
aventura de Miquel Mena en que estamos trabajando. Así, se dará la parradoja de
que representaremos un entorno y un contexto bastante real de un modo que al
lector le resultará conocido por haber concoido previamente este país
imaginario tintinesco.
Desde el punto de vista
personal, puedo decir que Tintín está en las raíces mismas de mi
actividad comic historietista, Si Astérix es para mí sinónimo de comic de humor
por excelencia, Tintín lo es de aventura. En Tintín, encontramos la aventura
pura y no hay álbum en que no encontremos elementos de verdadero suspense, misterio, intriga,
dramatismo incluso, épica, poesía y humor, mucho humor, todo ello al servicio
de la aventura.
A los catorce años tuve ocasión de conocer los
detalles del proceso creativo que seguía Hergé para crear una aventura
de Tintín, a través del libro “El museo imaginario de Tintín”, que editó
en España Juventud. Como muchos sabéis, en ese artículo se nos mostraba,
utilizando una página desechada de “Tntín y los pícaros”, las distintas fases
de este proceso: croquis o boceto previo, dibujo a lápiz, entintado por medio
de calco y color.
Muchos años después, con el
pastiche “La cumbre de Klow”, coloreado por mi hermano Rafa. gané uno de los dos premios del concurso de comic
“ponte en el lugar de Tintin” en el que se nos proponía a lso participantes
actualizar el personaje de Tintin al siglo XXI e imaginar cómo podrían ser sus
aventuras en nuestra sociedad actual.
Varios meses después volvimos a la carga con
“Tintin y el maestro del suspense” en el que imaginaba un encuentro
entre Hergé y Alfred Hitchcock, en un doble homenaje a dos figuras
irrepetibles, una del comic y otra del
cine.
Coincidiendo más o menos con la muerte de Hergé, que dio al
traste con nuestras esperanzas de volver a ver un nuevo Tintín en la estantería
de la librería, descubrí a Blake y Mortimer, de Edgar P. Jacobs, a través de “El misterio de la gran pirámide”, que
acababa de empezar a publicarse, por primera vez en España, por Grijalbo.
Aunque ignoraba que su autor, Edgar P. Jacobs, había sido colaborador de Hergé,
me llamó la atención la similitud entre su estilo de dibujo y el de Tintín.
Hay en Jacobs una serie de rasgos que lo caracterizan fuertemente, de los
cuales yo destacaría la preocupación por crear
atmósferas, ambientando perfectamente cada escena por medio de un enorme
cuidado por el dibujo de escenarios, que representa de manera realista y creíble,
por la documentación.
Otro rasgo
muy notable de las aventuras de Blake y Mortimer es el carácter teatral de muchas de sus escenas, fácilmente explicable
por el hecho de que Jacobs fue cantante de ópera antes que dibujante. Las
apariciones efectistas de sus personajes son buena muestra de ello.
No quiero
dejar de comentar que, tras la muerte de Jacobs, otros autores, con mejor o peor, fortuna, has continuado su obra, a
veces tratando de recuperar su espíritu (Van
Hamme-Benoit-Sterne-Aubin) o saliéndose un poco por la tangente (Sente-Juillard). Esto sería objeto de
otra charla...
Siguiendo
con los colaboradores de Hergé, el que a priori parece que ofrece al lector de
Tintin más posibilidades de disfrute es Bob
de Moor, por la similitud que presenta (insisto, a priori) su personaje
Barelli con Tintín. La similitud es tanto gráfica como en la temática de las
historias. El dibujo de las historietas de Barelli recuerda muchísimo, sobre
todo en los últimos álbumes, al de Tintín. No en vano De Moor fue durante los
últimos años de vida de la serie Tintín, la mano derecha de Hergé, y a su
plumilla debemos la mayor parte de álbumes como Tintín y los pícaros o el
remake de La Isla Negra. Barelli es un actor de teatro dado a meterse en
follones, que de vez en cuando utiliza fuera del escenario su habilidad para
caracterizarse, cuando le conviene para salir con bien de los enfrentamientos
con villanos de la peor especie en los que se ve envuelto.
Recientemente,
Netcom 2 editorial he editado la
colección completa de Barelli, que hasta ahora sólo había visto la luz en
España parcialmente en los años 90, gracias a Juventud que editó los primeros
álbumes de la serie.
Las
historietas de Barelli son bastante breves (unas 30 páginas por lo general). Se
trata de historias de aventuras, si bien hay que decir que en ellas predomina
mucho el humor. Bob de Moor cuenta sus historias de un modo muy desenfadado,
por lo que su lectura es más ligera que la de un Tintín o un Blake y Mortimer.
La otra gran
obra de De Moor es Cori el Grumete.
Esta es la serie en la que De Moor más se aleja de Tintín, y a mí me parece su
obra más lograda. Aunque aquí se ve a De Moor algo incómodo en el dibujo de los
personajes, las historias tienen intensidad y mantienen más el interés que en
las de Barelli. Los malos de etas aventura suelen ser los españoles, por lo que
no ha tenido mucha fortuna a la hora de publicarse en nuestra país. Los pocos
ejemplares que se editaron alcanzan altos precios en el mercado de segunda
mano, por lo que muchos esperamos como agua de mayo la publicación de la serie completa por Netcom
2, que se ha anunciado que será inminente. Mostramos aquí una imagen
promocional extraida de la web de Netcom 2, de las que realmente transmiten
ganas de leer un álbum, a mi por lo menos.
Y llega el turno al otro gran discípulo de
Hergé, Jacques Martin, creador del
galorromano Alix y el periodista Lefranc.
Existe
cierta controversia sobre la pertenencia o no de los comics de Jacques Martin a
la corriente de la línea clara. Para
los más puristas, sólo un álbum de Lefranc (“La gran amenaza”) y uno o dos de
Alix (“La isla maldita” y quizá “La tiara de Oribal”) pueden encuadrarse dentro
de la línea clara.
De todos
modos, sólo los álbumes que he mencionado ya otorgarían a Martin un puesto de
honor en el Olimpo de la línea clara. “La
isla maldita” es una historia de aventuras, intriga y hasta me atrevería a
calificar de ciencia-ficción ambientada en Roma. Y no porque haya naves
espaciales, sino porque Martin juega con
avances científicos coherentes con los conocimientos de la época
(Arquímedes) y los integra en la aventura. Gráficamente también es pura línea
clara hergé-jacobs.
Es verdad
que después de estos álbumes, muy influenciados por Hergé, Martin desarrolló,
al igual que Jacobs, un estilo más
realista. Este cambio afecta sobre todo a los personajes .Si nos fijamos en los fondos, en toda la serie
encontramos parecido de los escenarios naturales, la arquitectura, etc. con los
de Tintín. Como hemos comentado, la línea clara se distingue por un importante
realismo en los fondos, especialmente con la etapa de Tintín de “El asunto Tornasol” o “Stock de Coque”, álbumes en los que
colaboró Martin en los Studios Hergé.
En estas
imágenes vemos los álbumes “El valle de
las cobras” de Jo, Zette y Jocko”, de Hergé, en el que colaboró Martin, y “Las legiones perdidas” de Alix.Con esto pretendo ilustrar que,
sobre todo en aspectos como la forma de dibujar los fondos, el interés por el
detalle, el rigor y la claridad gráfica , las similitudes entre la obra de
Hergé y la de Martin son mayores de la que algunos dicen.
La serie
Lefranc es más irregular que la de su antepasado romano, pero de ella
destacaría la trilogía inicial en la que el protagionista se enfrenta al
villano Axel Borg y el álbum que
sigue a la trilogía, “La guarida del
lobo”, dibujado por Bob de Moor.
Personalmente
la influencia que he absorbido de Martin se refiere más al aspecto de los escenarios, ya que su modo de
dibujar los personajes pertenece a una tendencia realista en la que no me
siento tan cómodo por no haberla practicado.
Esta plancha
del principio de “El huracán de fuego”
sirve muy bien para mostrar ese modo de representar los escenariso con rigor y
de detenerse a veces en determinados elementos del contexto, del escenario, un poco más que Hergé, a través de viñetas grandes y un gran cuidado por el detalle.
En una línea
más humorística, tenemos a Chick Bill,de
Tibet. Me atrevería a decir que sería el western de humor por excelencia si por
alguna razón ni hubiera existido Lucky Luke. Goscinny hizo un guión para una de
las aventuras, por lo general escritas por Greg.
Un dibujo limpio, claro y expresivo
en la línea del mejor Hergé y la caracterización
de los personajes mediante el humor me
parece de lo más destacable en esta serie. También es notable la capacidad para
elaborar historias entretenidas que, sin tomarse muy en serio a si mismas, y
jalonadas de gags, no decaen en ningún momento, sino que tienen la solidez
suficiente como para no limitarse a ser una mera sucesión de gags.
Y llegamos a los ochenta. Ted Benoit abandonó en un momento dado de su carrera el
trazo underground de obras suyas anteriores como “Hospital” para entregarse a
la estética hergeiana. ¡Y vaya resultado!
En el segundo álbum de su personaje Ray Banana, “Ciudad luz” cambia el blanco y negro por el color, contando para ello nada menos
que con las coloristas de
los estudios Hergé. Un color limpio y deslumbrante y un dibujo magnífico, al
servicio de una historia de suspense que arranca con un aire de lo más
hitchcockiano y que, en mi opinión, desgraciadamente no termina de funcionar,
yo creo que por la falta de un protagonista sólido con el que el lector pueda
identificarse. En cualquier caso, un álbum memorable.
Otra de mis influencias es la de Floc’h y Rivière, cuyo personaje Francis Albany llenaba la portada del nº 1 de CAIRO. Joan Navarro
quiso estrenar su revista con “Dossier
Harding”, una intriga policíaca al estilo de Agatha Christie, segunda
entrega de su trilogía inglesa. Recuerda a Tintín, pero los personajes tienen unas
proporciones algo más realistas, como en Jacobs. Los rostros también son menos
esquemáticos que en Tintin, pero conservando el lenguaje de línea clara, sin
sombras ni excesivo detalle en los rasgos. En el modo de dibujar a las mujeres, podemos decir que Floc´h parte de
cero, pues en la obra de Hergé y Jacobs éstos estaban casi ausentes. Aquí se
trata de mujeres bellas y elegantes que nada tienen que ver, por ejemplo, con
la Castafiore. Y he de decir que consigue unos personajes atractivos y con
encanto. La influencia de Floc´h está muy presente en mis dibujos, desde el
momento en el que empecé a buscar la
fisonomía de los personajes principales.
En esa época despuntaba también el holandés Dick Briel, autor de las aventuras del profesor Palmón, (por emplear el nombre
con el que lo conocí en CAIRO, con un dibujo que recuerda mucho al de Hergé, si bien
los personajes son menos cabezones que los del maestro, lo que les da un
aspecto más real. Briel sitúa a los personajes en una época cercana a “las
siete bolas de cristal” o “El asunto tornasol”.
Con un estilo más personal y más difícil de
encuandrar, aunque a veces se le incluye entre los autores de línea clara,
está Jacques Tardi. Tardi es a estas
alturas todo un clásico y para nosotros un punto de referencia obligado, dado
que varias de sus comcis más notables se desarrollan en la época en la que se
mueve nuestro personaje Miquel Mena. Las extraordinarias aventuras de Adéle
Blanc-Sec se desarrollan en el París de la década de 1910 y se mueven en un
mundo que combina elementos como la fantasía científica y el folletín, algo que
también Pablo y yo nos planteábamos hacer. Es fácil comprobar, sin embargo, que
nos hemos alejado del tono deliberadamente absurdo-paródico de Adèle Blanc-Sec
para darle a nuestros comics un tono algo más parecido a la aventura más pura.
En la definición inicial de los personajes buscamos
referencias en Tardi, pues nos parecía que un personaje con un físico como el
de Lucien Brindavoine, por ejemplo, casaría bien con esta saga.
Estos dibujos en los que copiaba personajes y viñetas
de Adèle Blanc-Sec datan de cuando yo tenía 15 ó 16 años, y son la prueba de
que cuando Pablo me propuso echar un vistazo a aquella serie pensando en su
proyecto de Miquel Mena, ya formaba pàrte de mi background, de mis raíces,
Pierre
Wininger es un discípulo de Tardi del que se ha publicado muy poco en España. Sin
embargo, los álbumes “Sobras de ninguna parte” y “Evergreen”, que se
desarrollan en la misma época que los de Mena, son obras notables, que me
ayudaron a aproximarme a la época en la que íbamos a trabajar, máxime por que
su estilo de dibujo algo más comedido y preciso que el de Tardi se asemejaba
más a lo que me proponía hacer.
En España, esta corriente, tal como hemos visto en los
artículos dedicados a CAIRO y a la línea clara española, experimentó un notable
impulso en los ochenta, con autores como Daniel Torres, Sento, Mique
Beltrán, Micharmut, Pere Joan, Sacaramuix, Carles Rubio, Roger, Montesol y
un largo etcétera.
Se trata de una época a pasionante del comic español,
que excede de los límites de esta charla, Sin embargo, sí mencionaremos un
álbum un poco “rara avis” de esa época, “El enigma Gaudí”..En nuestro primer álbum nos proponíamos mostrar
la Barcelona de princiìods del siglo XX, algo que se ha practicado poco en el
comic en español. Como ejemplo de comic de línea clara que se desarrolla en esa
época existe el precedente importante de “El
enigma Gaudí”, de Sire. Un punto
en común de este cómic era el interés por el modernismo catalán. Sin embargo,
el álbum de Sire se centra en la obra del arquitecto Antoni Gaudí, mientras que
nosotros nos hemos fijado en otros edificios que tejen el paisaje de la
Barcelona modernista, menos conocidos pero muy característicos de la época.
En los 90 no podemos dejar de mencionar a Pascal Zanon
y su Harry Dickson, que lleva al comic con guión de Christian las aventuras de
este personaje de novela. La influencia de Edgar P. Jacobs es muy marcada en el
dibujo, El empeño en dibujar con toda precisión cada detalle y el aire
jacobsiano de los personajes, como si de un homenaje a Blake y Mortimer e tratara, son razones suficientes para que
no falte esta colección en mi estantería.
André Taymans, a quien
tendremos el privilegio de tener este fin de semana aquí en la Fnac, con
Caroline Baldwin, ha conseguido crear una serie longeva que recoge el
testigo y que ha alcanzado el reconocimiento general de público y critica.
Taymans ha sido también el responsable del dibujo de
tres de los más recientes álbumes de Lefranc. Aquí tenemos una muestra de su
trabajo en “Le Châtiment” (“El castigo”), todo un homenaje al cine
de Hollywood de los años 50.
Con un aroma que recuerda a Edgar P. Jacobs
tenemos a Patrick A. Dumas, autor de Allan McBride. Tras practicar un estilo diferente en
anteriores obras, Dumas recala en la línea clara de corter clásico. Sus
aventuras pertencen al género de la aventura arqueológica y nos remiten a “El
misterio de la gran pirámide”, de Blake y Mortimer , del que hablábamos hace un
rato. En la revista Netcomic, de NEtcom 2, hemos podido conocer su historia “La odisea de Bahmés”.
En Holanda no faltan autores de talento como Eric
Heuvel , cuya serie January
Jones, en Francis Jennifer Jones) conoció una publicación en
castellano de la mano de editorial Juventud en los 90, álbumes hoy día
inencontrables. Com guión de Martin Lodevijk nos traslada a unos años 30
con aromas de Indiana Jones e inaugura una nueva etapa de aventuras de línea
clara protagonizadas por chicas, de la que luego veremos algún ejemplo, algo
que viene a compensar de alguna forma la ausencia de la mujer en la línea clara
clásica. Aventura con toques de humor y un trazo fuel a las raíces de la línea clara más pura, definen la obra de
Heuvel.
Aunque no es una historia
de aventuras, no quería dejar de mencionar el comic de Heuvel “La búsqueda”,
que relata el holocausto nazi a través de la historia personal de una familia.
Ha tenido gran difusión Europa y ha sido publicado en España por Planeta. Es
una prueba que el estilo de la línea clara se adapta perfectamente al objetivo
que se perseguía: contar con rigor ,precisión y carácter didáctico para todos
los públicos una parte de la Historia del siglo XX que merece la pena no
olvidar para que nunca más se repita algo parecido.
Olivier Marin y Emilio Van der Zuiden crearon
hace unos cuatro años ”El misterio de la Traction 22” la primera de la que se
está convirtiendo en una saga de aventuras autoconclusivas,: “Las investigaciones
de Margot”. Fue publicado por la editorial suiza Paquet dentro de la colección
Callandre. Se trata de una colección temática sobre automóviles clásicos, que
reúne alrededor de este tema a distintos dibujantes y guionistas. Margot es una
atractiva y resuelta periodista del mundo del automóvil que en el segundo álbum
se mete a conductora de carreras.
Despúés de los dos primeros álbumes, Van der Zuiden
abandona la serie para crear “Las chicas del tio Bob”, que continúa con la
temática de coches y chicas, y retoma el
testigo de Margot el dibujante Callixte.
En España han sido publicadas por Netcom
2 tanto la serie de Margot como Las chicas del tio Bob. Como se puede ver,
la ambientación y el modo de dibujar los vehículos son impecables recuerda
mucho al clásico de la revista Tintin de Michel
Vaillant de Jean Graton.
También a la colección Callandre pertenece “Eté
indienne pour la mini”, de Régric, con un trazo que recuerda mucho a Bob
de Moor y al Hergé de la última época. Este álbum, en principio un “one
shot”, ha sido publicado en España por Netcom
2 con el título “Enredados por el mini”.
Como en el caso de Taymans, en el caso de Régric hay
que mencionar también su papel como ocntinuador de la serie Lefranc, de Jacques
Martin. Actualmente está dibujando ya su cuarto álbum y poco a poco va
perfeccionando su estilo, como refleja la portada de ”L'enfant Staline”, verdaderamente una delicia.
El holandés Peter
Van Dongen permanece como el gran desconocido de la línea clara en España.
Sus trabajos de ilustración son deslumbrantes y su díptico "Rampokan", singular
e interesante. Descendiente de habitantes de la antigua colonia holandesa en
Indonesia., Van Dongen desarrolla una historia que nos remite a aquel mundo, con un trazo convincente y
coloreada con un peculiar tono sepia. Su historia “Muizantheater”
también nos traslada a otra época y sus protagonistas recuerdasn a personajes
de Hergé como Quick y Flupke o Jo, Zette y Jocko.
La línea clara ha traspasado también el Canal de la
Mancha, y tiene en Garen Ewing, con “La orquídea Arco
Iris," a su principal representante en las islas británicas.
Este tríptico recupera el sabor de la aventura clásica
de Conan Doyle, Rider Haagard o Kipling y recupera el empeño por desarrollar un
ahistoria de aventuras que se lea de un tirón ,basándose en los pilares del
lenguaje de la línea clara: como son la legibilidad, la credibilidad de los
escenarios y la ambientación y un sabio empleo del humor y del sentido del
ritmo narrativo. Esperemos que Ewing, que ha quedado un poco extenuado después de esto, no
abandone los lápices y continúe por este camino.
A continuación veremos brevemente algunas imágenes
del proceso de trabajo de Miquel Mena.
Para cada plancha recibo de Pablo un guión redactado a
modo de guión cinematográfico, acompañado de abundante documentación gráfica y
de una propuesta de distribución de viñetas o “decoupage”.
A partir de ahí dibujo un boceto tipo storyboard, en
tamaño reducido pero en el que se definen ya los encuadres, posición y tamaño
de bocadillos de textos (ver imagen).
Una vez vistos los detalles con Pablo o solucionadas
las dudas que puedan presentarse, realizo la plancha a lápiz en tamaño grande
(40X30 cm.) (ver imagen).
Una vez que la plancha ha sido aprobada procedo a
dibujarla a tinta en un papel más satinado por procedimiento de calco
Tras escanearla se hace llegar a la editorial, donde
se monta la página y se pasa al colorista.Para este segundo álbum tenemos la
gran suerte de contar con Loli Irala, responsable del color de álbumes
dibujados por Régric como “Navidades negras” de Lefranc o “Enredados por el
mini”. Tras realizarse la primera prueba de color, la reviso y realizado las
correcciones o sugerencias que creo necesarias.
Al existir un trabajo previo de
Pablo en cuanto a la definición de lo que aprece en cada viñeta y la distribución
y tamaños de éstas, ello me permite hacer bocetos un poco más detallados cada
vez, que prefiguran más claramente lo que será el resultado final.
Aquí pueden verse ejemplos del trabajo de
documentación que acompaña el dibujo, que es definido por Pablo y completado
por mí en muchos casos para terminar de definir detalles de elementos que
aparecen, ya sean reales o similares a otros reales.
En este caso vemos el
castillo de Rosenburg , en Austria, que no aparece como tal en el álbum pero
ha servido de modelo. He adaptado algunos elementos y combinado con otros de
otros castillos para darle verosimilutud al imaginario castllo del conde Leopold
que podéis ver en la portada del dossier que podéis recoger.
También puede verse la Karlsriche de Viena, con su
iglesia barroca de San Carlos Borromeo y las dos estaciones gemelas del metro de
Viena dediseñadas por el arquitecto modenista Otto Wagner. Continuamos así la presencia de la arquitectura
modernista en Miquel Mena, que en “Ladrones
de almas” estaba representada por el modernismo
barcelonés y el Art Nouveau de
Bruselas, y que aquí está presente a través de la arquitectura de la Secesión
vienesa.
La representación lo más fiel posible de los distintos
uniformes de la época es otro reto a tratar de cuidar y conseguir con éxito.
La
escalera de la ópera de Viena estará también presente en la aventura.
La línea clara no está obsoleta ni superada, ni mucho menos.
Tratando de poner en práctica las enseñanzas de los maestros, los autores que
he mencionado están poniendo todo su talento al servicio de contarnos
historias. Historias que nos resulten atractivas, entretenidas e interesantes.
En esa línea estamos Pablo Herranz y yo y en esa línea (clara) seguiremos.