El blog de José Luis Povo

El blog de José Luis Povo

domingo, 21 de febrero de 2010

GIL PUPILA, EL INTEGRAL (2): 1960-1963



Acabo de leer GIL PUPILA, EL INTEGRAL, 2, la segunda entrega de los integrales de este personaje de M. Tillieux que está editando Planeta de Agostini y que, como comentábamos al hablar del primero, reproducen fielmente las ediciones de los integrales originales de DUPUIS. Este volumen 2 reúne las historias siguientes: El infierno de Xique-Xique, Festival sobre cuatro ruedas, El secreto de la cripta y Las tres manchas.
Estas historietas se publicaron originalmente serializadas en la revista Spirou entre los años 1960 y 1963, y posteriormente en forma de álbumes por DUPUIS. Todas excepto"Las tres manchas" habían sido publicadas anteriormente en castellano (El infierno de Xique Xique por Argos y las otras dos por Casals, con los mismos títulos con que aparecen aquí). Casals editó además en catalán Las tres Manchas y el Infierno de Xique-xique.
En la contraportada se nos pone en situación:en 1960, Gil Pupila ya era un personaje consolidado dentro de la revista Spirou, y Tillieux era uno de los grandes autores de la casa.


Me reafirmo en todo lo dicho al hablar del número 1 sobre la cuidada edición de estos integrales y sobre la necesidad, que ya era imperiosa, de hacer justicia en España a Gil Jourdan con una edición así. Así que, para no repetirnos, pasemos a comentar las historietas de este tomo.

El infierno de Xique-xique


Después de Tintín en "La Oreja Rota" y Spirou y Fantasio en "El dictador y el Champiñón", (más tarde lo hará Ric Hochet en "Perdido en el infierno")le toca el turno a Gil Pupila de viajar a un país imaginario de latinoamérica gorbernado por un dictador (curiosamente apellidado Calderón, igual que el actual presidente de México), adonde se dirige buscando a un científico desparecido. Allí será víctima, junto con su compañero Libélula, de un encarcelamiento tras un breve juicio, el cual en realidad no es más que una farsa.Un asunto, el de los desaparecidos bajo las dictaduras latinoamericanas, bastante crudo y que desgraciadamente ha sido muy real a lo largo del siglo XX. Angustiosa resultaría también a priori la estancia de los protagonistas en la cárcel de Xique-xique: para fugarse de ella y salir con vida, es necesario atravesar un enorme desierto y vérselas con los temibles indígenas Chiriki. Sin embargo, al leer la historieta, todo esto parece menos grave, gracias al aplomo de Pupila y la seguridad que transmite de que la fuga será un éxito, y al sentido del humor que, como siempre, es capaz de insuflar Tillieux a cada situación.

Dentro de los detalles de humor de este álbum, me parece divertido el del gas hilarante, que ordena lanzar el dictador a la multitud para que se rían sus súbditos cada vez que hace un chiste en un discurso. Es un toque algo absurdo que me recuerda a Franquin. Y hablando del dibujante de Spirou, en esta historieta se llega, como comentábamos en la anterior entrada, al máximo grado de "franquinización" de los personajes, que abandonan por momentos sus proporciones "semirrealistas"(como decía el propio Tillieux), adoptando otras más caricaturescas, debido a la reiterada insistencia del editor Charles Dupuis, empeñado en que el estilo de Franquin, su autor estrella, se convirtiera algo así como en una "marca de la casa" de la revista Spirou. Jose-Louis Bocquet, en las introducciones de los integrales, nos recuerda varias veces este proceso, al final del cual Tillieux llegó a un equilibrio entre el estilo más semirrealista de sus primeros comics y este estilo caricaturesco cercano a Spirou y Fantasio.Para ilustrar lo que dice Bocquet, os muestro una viñeta de El Infierno de Xique-xique , contrastándola con imágenes de Félix y Marc Jaguar, series anteriores de Tillieux en las que era más patente la influencia hergeiana, y los personajes tenían hombros más anchos, y en general proporciones más reales.

Festival sobre 4 ruedas

En este álbum, Tillieux plantea un guión con dos historias paralelas. La primera de ellas es la del Sr. Rouleau, que se ve amenazado con misteriosos anónimos que le exigen que abandone la finca de su propiedad en la que vive. El autor de los anónimos amenaza con la aparición de un perro negro, que, según la leyenda local, sería el antiguo dueño de la finca reencarnado.La otra historia es el misterio de las desapariciones, en poco tiempo, de gran cantidad de furgonetas, todas ellas de la misma marca, sin que sepa quién las roba ni por qué. Finalmente las dos historias se unen en una sola, en un desarrollo bastante bien llevado, en mi opinión. Y por si todo esto fuera poco, se entrecruza la intensa escena de la crecida del río, donde Gil pierde su Dauphine, en medio de una copiosa lluvia, en la que la humedad traspasa el papel y nos llega hasta los huesos.
El ambiente de misterio que rodea a la casa del sr. Rouleau, en una noche en la que se sabe, o se sospecha, que algo malo va a pasar, me trae la memoria otra aciaga noche de comic, la de "Las 7 bolas de cristal" de Tintín, en la que nuestros héroes, alojados en casa del profesor Bergamotte, se ven obligados a levantarse y entrar en acción en pijama, como le ocurre aquí a Pupila. Otro paralelismo que veo con Tintín, quizá debido a una querencia por mi parte, es la escena en la que, durante una conversación alrededor de una mesa entre Pupila y Rolueau, hay un tercer personaje que está pendiente sólo de la botella, en este caso Libélula, emulando al capitán Haddock.

El secreto de la cripta

Al igual que sucediera en "¿Hay un brujo en Champignac?", de Spirou y Fantasio, la acción se desarrolla en un pequeño pueblo, gobernado por un alcalde algo singular, en el que suceden cosas extrañas que se atribuyen a algo sobrenatural. A diferencia del inmortal alcalde creado por Franquin, éste no hace gala de una florida prosa, más bien al contrario, apenas sabe hablar de modo inteligible. Forma con su ayudante una pareja que da juego para distintos gags y que tiene bastante papel en la historia.(Al igual que ocurre, como ahora veremos, con otra pareja singular en "Las tres manchas"). Tillieux introduce hábilmente el humor a través de personajes nuevos, lo que le permite no sobrecargar demasiado a Libélula y Corrusco en el papel de provocar la sonrisa del lector. El alcalde, su adjunto y la vaca de éste último dan lugar a situaciones divertidas, que sirven para descargar tensiones en una historia que al final se revelará algo cruda: la de un hombre perturbado, un psicópata peligroso que, en su locura, no vacila en hacer saltar todo por los aires. Una figura hoy día sobreexplotada por el cine y la literatura en sus posibilidades de suspense y dramáticas, pero poco frecuente en el comic de la época, donde, si aparecían locos, a menudo eran personajes extravagantes con un sombrero de Napoleón de papel. Me parece un buen guión, que nos sorprende cerrándose en falso a mitad de la historia, para luego dar un giro y desvelar que desde el principio, una vez más, existían dos historias paralelas.
Del dibujo destacaría cómo retrata el autor la atmósfera que rodea a las misteriosas ruinas que son el centro de toda la historia.

Las tres manchas

De la última de las cuatro historias contenidas en el integral, lo que más me llama la atención es la pareja formada por los villanos Skip y Aldo, que, como comentaba, tienen bastante papel en la historia. En este caso, además, al protagonizar escenas enteras, da la sensación de que esta podría ser la primera aventura de una serie entera para ellos solitos, a modo de Spin-off, como se dice ahora. No sé si me aventuro mucho si digo que Skip y Aldo pudieron influir a Ibáñez para personajes como Mortadelo y Filemón o Pepe Gotera y Otilio. La relación entre ellos, marcada por las meteduras de pata de Aldo y los tortazos que Skip le va propinando, a veces varios de una vez, tienen bastante que ver con estas historietas de Ibáñez ( y otras de Bruguera). Además, si Don Francisco se inspiró en historitas de Franquin (con "Sacarino") o de Peyo (con "El plano de Alí Gu-sa-no"), bien pudo verse influido por esta inefable pareja creada en los primeros 60. Personalmente nunca me ha gustado este humor de bofetada fácil tipo Lusson y Codeso. Pero hay que decir que en el caso de Tillieux, esta costumbre de agredir físicamente a un subordinado de forma reiterada se da en un delincuente de la peor calaña y no en los "buenos" de la historia (no me imagino a Pupila dando tortas a Libélula o, peor aún a Cerecita), mientras que en el caso de Ibáñez los jefes maltratadores son agentes o contratistas de la construcción.
Otra cosa que no me gusta de "Las tres manchas" es que, a partir de un momento dado, la historia se convierte en una sucesión de intentos de los dos villanos por acabar con Pupila, de los que siempre salen ellos mismos trasquilados. Suele pasarme cuando veo o leo una historia así (por ejemplo la película "Un pez llamado Wanda") que cuando empiezo a vislumbrar que la cosa va a ir de eso, me entra el tedio. Es como si algo dentro de mí me dijera:"ya estamos otra vez con el Coyote y Correcaminos." Con todo, la historia tiene momentos bastante divertidos, como cuando, por una suma de caprichos del azar, Aldo acaba poniendo una bomba en su propio coche creyendo que es el de Pupila.
En este álbum encontramos, además de a Aldo y Skip, a un personaje complejo: Mortimer, un geólogo que facilita el trabajo a los malos de la historia, pero que cuando llega el momento de acabar con la vida de otras personas, muestra que tiene escrúpulos y que es incapaz de llevar las cosas tan lejos. Me recuerda a Frank Wolff, personaje creado por Hergé para la aventura lunar de Tintín, otro hombre de ciencia arrastrado a la traición pero que al final, sudororso, muestra que su respeto por la vida humana está por encima de la debilidad por el vil metal.

El integral se cierra con la historieta corta "La persecución", una divertida precuela, como se dice ahora, de "La fuga de Libélula", protagonizada por Corrusco.
Después de estos, se publicaron ocho álbumes más de Gil Jourdan, que, dividiendo entre cuatro, nos dan los dos tomos más que están pendientes. Esperemos, como decía el otro día, que Planeta no nos deje a medias...





13 comentarios:

  1. Fantástica crítica y con unas referencias muy bien vistas.

    Solo un detalle, "Las 3 manchas" sí que se editó en España, lo único que solo en catalán por Casals (Les 3 taques). No pierdo la esperanza de estar equivocado y encontrar alguna vez uno publicado en castellano...

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  2. Gracias, ArteAlfa, por tu comentario y por la aclaración, paso a corregir la entrada. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Pues yo lo esto leyendo ahora mismo y estoy disfrutando con las historias.

    ResponderEliminar
  4. Fantástico. Sobre todo dar las gracias por la cuidada edición del integral, es difícil encontrar ediciones de esta calidad en publicaciones españolas, (tamaño,etc). Nos leemos, un saludo.

    ResponderEliminar
  5. A ver, esto esta disponible en Amazon? lo digo porque me estan entrado autenticas ganas de comprar la serie. Menudo dibujante el Tillieux y, como bien dices, que bien ambientaba sus historias esta escuela franco belga de los benditos sesentas.
    Gracias por el post como siempre.

    ResponderEliminar
  6. Pues no lo dejes pasar, amigo Marcos, que ahora lo tienes en la fnac y pasado el tiempo pueden llegar a ser inencontrables estas ediciones.

    ResponderEliminar
  7. Además, a diferencia del primer volumen, hay cantidad mas que suficiente para comprarlo. Yo los dos los compré en FNAC, con eso de la tarjeta de socio te ahorras unos eurillos por aquí y por allá.

    ResponderEliminar
  8. De este autor siempre me ha gustado como describe los ambientes rurales y sus personajes, en algunos casos alejándose de los tópicos

    Y ciertamente, también me dio la impresión de realismo el figura del antagonista, un perturbado que actúa fríamente y con premeditación, bastante alejado de la caricaturización de los locos que se hacia en la época.

    ResponderEliminar
  9. José Luis,¿para cuando el comentario del tercero y cuarto?

    ResponderEliminar
  10. Jaja, no me metas presión,Olrik... los tenía en mente para septiembre del año pasado...

    ResponderEliminar
  11. ja ja ja ja ... no das abasto !!

    ResponderEliminar
  12. Me sumo a la petición del amigo Olrik, Jose Luis. Acabo de leer tu trabajada reseña, con cantidad de referencias muy bien halladas, y espero leer la del integral tres este año. ja,ja Sin presión, eh je,je

    Precisamente he leído ya los dos primeros integrales de Gil Pupila y en la estantería, llamándome, tengo el tercero y el cuarto que no tardaré en leer.

    Leyéndote uno no se atreve a reseñar estos cómics porque la verdad es que después de leídos los dos integrales y tus respectivas reseñas es imposible añadir algo a lo que tu ya has dicho.

    Saludos desde dentro del laberinto!!

    ResponderEliminar
  13. Muchas gracias, Jareth. Pensaba haber hecho esos dos artículos nada más leer los integrales. Me faltó disponer de tiempo entonces... Pero, desde luego, hay materia. El último recopila las historias dibujadas por Gos y, aunque el maestro desaparece como dibujante, tiene mucho interés también ver la forma en la que el discípulo retoma el personaje, tratando de respetar lo máximo posible el estilo de Tillieux. Saludos!!

    ResponderEliminar