Después de haber leído "El aniversario de Astérix y Obélix. El libro de oro", lo primero que se me ocurre comentar es que no se trata de un álbum de Astérix como tal, sino más bien de una recopilación de historias cortas, curiosidades, y homenajes al personaje en su 50 cumpleaños.En ese sentido se parece a "Astérix y sus amigos, homenaje a Albert Uderzo", sólo que aquí se trata de una especie de "auto-homenaje" que se hace Uderzo, lo que me ha causado una sensación algo extraña. Goscinny está presente con un texto, que se había publicado previamente en la revista "Pilote" en 1966, sobre las vacaciones en la época romana, que tiene su gracia. Al principio del libro hay dos prólogos, uno de Uderzo, que firma "Astérix" y otro de Anne, la hija de Goscinny. El de Uderzo viene a ser una defensa a las críticas de estos años, y cuenta básicamente lo siguiente:que lo pasó muy mal cuando murió Goscinny, que más tarde decidió continuar solo sabiendo que conllevaba un gran riesgo, y que al final fue un éxito.("la apuesta está ganada y el éxito de nuestras aventuras jamás se ha puesto en duda"). Estoy de acuerdo con él, no hay más que ver las cifras de ventas; sobre la calidad, que es otro tema distinto, no menciona nada. A diferencia de este "anónimo" autojustificativo, el texto de Anne Goscinny me ha resultado emocionante . He descubierto que tiene la misma edad que yo, y que al contar 9 años cuando murió su padre, el hecho de que Astérix siguiera viviendo fue muy importante para ella.
Para celebrar el 50 aniversario del personaje, Uderzo va concatenando una serie de partes, la mayor parte de las cuales no son comics como tales, con un desarrollo argumental y demás, sino más bien disgresiones u homenajes a la serie.Yo diría que cada una de ellas podría valer, por sí sola, como una celebración del 50 cumpleaños de tres o cuatro páginas para publicar en una revista. El problema es que al concatenarlas todas, se produce un efecto como de sobredosis.Además, todas ellas se basan un poco en lo mismo, en romper las reglas del juego y sacar a Astérix de contexto para crear la sorpresa en el lector: "vamos a imaginar cómo serían Astérix y Obélix de viejos, como si realmente hubieran pasado 50 años" , "vamos a imaginar cómo podría ser un montaje teatral de las aventuras de Astérix" o "vamos a imaginar cómo sería un museo de Astérix", o, por qué no,"Qué dirían las revistas del corazón si Astérix se casara?" y así todo. Cansa un poco.Este recurso a romper la reglas del juego, además, no es ni nucho menos nuevo,pues en varios de los últimos álbumes se ha venido haciendo, introduciendo elementos cuya ausencia era parte de la saga. ¿nunca había bebido Obélix poción mágica? pues mira, en "El mal trago de Obélix" se la damos. ¿Nunca habían salido los padres de Astérix ni los de Obélix?Pues toma, en "Astérix y Latraviata"aparecen los cuatro de golpe. Este tipo de cosas suelen pasar con las series muy longevas. De hecho, yo diría que en Astérix esta tendencia empieza con "Astérix en Córcega", que presentaba por primera vez a los hijos de los galos jugando a galos y romanos, y además se hacía una gran fiesta en la aldea en la que los invitados eran personajes de álbumes anteriores. Y si me apuras, un álbum antes, en "El adivino", se rompe otra regla no escrita y los romanos entran en la aldea, que ha sido abandonada por los galos...