Este jueves 15 de junio hemos
tenido la oportunidad de asistir a la charla "Retrospectiva de la obra
de Benoit Peeters: del comic futurista
al mundo de Hergé", en el auditorio de Institut FranÇais de Madrid, con
la presencia del propio Benoit Peeters y de Alvaro
Pons, que hizo de conductor
de la charla. Todo un lujo, una cita ineludible para cualquier persona
interesada en el 9º arte.
Benoit
Peeters es un apasionado estudioso de la obra del creador de Tintin, autor de
tratados de referencia como "Le Monde d'Hergé", "Les
bijoux ravis" o "Hergé,
hijo de Tintin", este último prologado por el propio Pons en su
edición en castellano.Como guionista de comics, es autor de la mítica serie "Las ciudades oscuras", dibujada por FranÇois Schuiten.
Y precisamente
estas dos vertientes, la del Peeters experto en la obra de Hergé y la de
guionista, fueron los dos ejes del evento, en el que también se presentaba su
última obra, el segundo tomo de "Revoir Paris", que ha creado
también junto a Schuiten.
La
charla arrancó con un acercamiento a figura de Hergé y a su obra, aunque, por
falta de tiempo, quedó circunscrita a la primera mitad de esta. En cualquier
caso, el día entero se le habría quedado corto a alguien como Peeters, que da
la impresión de tener capacidad para estar hablando durante horas de Hergé y
Tintin, tal es la sabiduría y al mismo tiempo la pasión que transmite. Se trata
de una historia que hemos escuchado ya unas cuantas veces quienes somos
aficionados a las peripecias del intrépido reportero y, sin embargo,
Peeters fue capaz de captar nuestro interés desde el primer momento y hacernos
descubrir en todo momento visiones y aspectos nuevos. Alvaro Pons, por su
parte, demostró en todo momento estar a la altura y fue capaz de incitar al
maestro como la situación requería para sacar de él lo mejor y hasta darle la
réplica en ocasiones.
Arrancó
hablando del Hergé colegial, que ya por entonces no paraba de dibujar, el Hergé
Scout creador de Totor,
más tarde su etapa en Le Petit
Vingtième, con el abad Wallez. Puso en valor la
potencia expresiva y el dinamismo de sus primeras obras, ya desde "Tintin
en el país de los Soviets", las composiciones de páginas novedosas
para la época o la asimilación de las enseñanzas de su amigo Tchang-Tchong-Jen en "El loto azul".
Habló también del interés de Hergé por la documentación a partir de El Loto azul y de su evolución gráfica, aumentando progresivamente su capacidad para aunar detalles y sencillez, riqueza en referencias y legibilidad. Después llegamos a la aparición del color, la etapa de "pura aventura" como evasión de la realidad de la guerra, el nacimiento de los secundarios Haddock y Tornasol, la colaboración con Edgar P. Jacobs en "Las siete bolas de cristal"...y hasta ahí, pues , como decía antes, no hubo tiempo para más. La hora y media del evento estaba estructurada en tres partes, una primera sobre Tintín, la segunda sobre "Las ciudades oscuras" y "Revoir Paris" y la tercera para intervenciones del público.
En el
segundo bloque, Peeters se remontó a su época de estudiante, mostrando
una foto colegial en la que se le podía ver a él y a Schuiten, con unos diez
años de edad. Ya por aquel entonces eran amigos. Schuiten era un apasionado del
dibujo y Peeters adoraba escribir, y ambos empezaron ya hacer cosas juntos. Esa
complicidad se materializó años después en una colaboración ya a nivel
profesional, una vez que ambos tenían experiencia: Schuiten había publicado
como dibujante obras como "Le Rail" y Peeters había escrito,
entre otras cosas, su primera novela, "Omnibus". Comenzaron
sutrabajo en común con "Las murallas de Samaris", en
principio sin vocación de inaugurar una serie. Se trata de una obra
desasosegante y evocadora, gráficamente un prodigio de creación de ambientes
imaginarios, hoy diríamos "retrofuturistas", con la presencia
de formas arquitectónicas fantásticas que se alejaban deliberadamente de lo que
sería una evolución de la arquitectura moderna del siglo XX . Era más bien una
especie de retorno a estilos del pasado, como el Art Nouveau, el medievalismo y
la arquitectura clásica. El padre de Shcuiten era arquitecto y su influencia
fue importante en este sentido.
Peeters
nos relató cómo se gestó Samaris y las obras que siguieron:"la
fiebre de Urbicande", "La torre", "La chica inclinada",
etc. No quisieron mantener a los mismos personajes de la primera historia, ni
siquiera la misma ciudad (verdadera protagonista de la historia), sino crear
cada vez un universo nuevo con total libertad, con el único hilo conductor de
que todos los relatos transcurren en ciudades imaginarias en las que no
operan las leyes de la lógica que conocemos. Cada una es un mundo en sí, que se
rige por su propia lógica interna. Así, el lector se sorprende a cada álbum.
Finalmente,
habló de su última obra, "Revoir Paris". Se trata de un ciclo
que va por la segunda entrega, con puntos en común con las ciudades oscuras
pero independiente de aquella serie. ¿Cómo sería un Paris futuro que ya no
sirve para vivir sino como mero telón de fondo para las vacaciones de los
turistas, cubierto con una gigantesca cúpula que sirve para controlar el clima
(de modo que siempre sea agradable para el visitante, o nieve cuando nos
interesa)? ideas tan potentes y fascinantes como esta se muestran en esta nueva
obra, que en España publica NORMA
Editorial.
El tercer
bloque, dedicado a preguntas de los asistentes, también dio mucho de sí. Se
platearon temas como la relación entre "Las ciudades oscuras" y
"Las ciudades invisibles" de Italo
Calvino, o la relativa ausencia de la arquitectura moderna en algunos
comics del siglo XX, como es el caso de Tintín.
Tras la charla se dio paso a las dedicatorias. Poco imaginaba yo, desde luego, en 1983, cuando me hice con "Le Monde d'Hergé" que años después iba a tenerlo firmado por su autor.
Y menos
aún poder presentarme ante él como dibujante de línea clara y miembro de una
asociación tintinófila. Pero así fue, allí estábamos tres miembros de la Junta
directiva de Mil Rayos, Antonio Calero, Paloma Pérez y Yo.
Paloma le regaló un ejemplar de uno de los números de nuestra revista y una
camiseta de Mil Rayos. El broche de oro para una tarde impagable, en la que
también tuvimos el placer de poder saludar al poeta y gran tintinófilo Juan Manuel Bonet y compartir una rato con amigos como Rafa Alguacil, Carlos González y Roberto, de La flor de Chamberí. Y despedirnos de ellos con un
"Hasta luego", sabiendo que nuestra pasión por Tintín volverá a
reunirnos más pronto que tarde...
Gracias a Antonio Calero por las fotos.
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