El blog de José Luis Povo

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viernes, 7 de diciembre de 2012

JOOST SWARTE


Amigos, qué mejor manera de cerrar este ciclo que hemos venido dedicando a la línea clara en el blog que hablando de Joost Swarte, que fue precisamente el que acuñó el término "línea clara", como ya contamos en su día. Este autor está, además, de actualidad, pues recientemente se ha publicado en España el integral "Casi completo" (Ed. la Cúpula, 2.012), que recopila historietas suyas aparecidas a lo largo de los años en distintas revistas y libros (Cocktalil comix, Metal Hurlant, Raw magazine, etc.), con un espléndido prólogo de Max.
Mis recuerdos de Swarte se remontan a mi infancia, pues por mi casa rondaba el libro "Los papalagi", ilustrado por él. El volumen recopila los discursos de Tuiavii de Tiavea, jefe de una tribu samoana ajena a los avances de la civilización. Sus palabras trataban de explicar a la gente de su tribu el extraño modo de vida de la gente del "primer mundo". A nosotros nos aporta la experiencia de vernos desde fuera y observar con otros ojos cosas que damos por hechas y normales, pero que quizá no lo son tanto, y desde luego son chocantes para alguien no habituado a ellas. Siendo todo ello interesante y divertido, lo que más me llamaba la atención eran las espléndidas ilustraciones del libro, con un estilo elegante y un trazo preciso, que me recordaba al de algunos comics que tenía en la estantería.

Años más tarde volví a tener noticias de este dibujante en el CAIRO especial Hergé: en una corta historieta, homenajeaba al reciente falleciudo maestro, y escribía. "gracias, señor Hergé, nunca nos cansaremos de sus dibujos". En la misma revista, Ramón de España le mencionaba como uno de los representantes de la línea clara. Como la mayoría de sus compañeros de filas, no salía muy bien parado, pues, aunque Ramón elogiaba su talento como dibujante, nos advertía de "su incapacidad total para contarnos algo que tenga el más mínimo interés". Evidentemente, su acercamiento a la obra de Swarte lo hizo buscando algo que nunca encontraría en ella, entre otras cosas porque era algo que el propio autor nunca se ha propuesto ofrecer. Swarte no hizo historietas largas en las que te pudieras sumergir siguiendo una trama, que evidentemente era lo que buscaba de España al leer un comic o una novela o al ver una película. En ese sentido, y paradójicamente, Swarte se distancia de los conceptos más ortodoxos de la línea clara; por ejemplo, en su manifiesto,  Juan E. D'Ors hablaba  de que los comics de línea clara narran por definición historias de aventuras, cosa que no podemos decir que exista como tal en las obras de este autor. Entonces, ¿qué encontramos en de Swarte?
Los comics son sólo una parte de su obra gráfica, que incluye ilustraciones, portadas y hasta sellos de correos y, como decíamos, se trata de historias cortas, a veces tiras, que trabajan un humor surrealista y original que hunde sus raíces en algunas de las tiras de humor más célebres de la prensa norteamericana de principios del siglo XX, y cuyos antecedentes más añejos en Europa habría que buscarlos más en obras como Quick y Flupke que en Tintín.



 A esas inlfuencias más distantes en el tiempo hay que añadir las contempóraneas, que flotaban en el ambiente en la época de mayor producción de Swarte, la segunda mitad de los años setenta. Hablamos de años en los que el underground había tomado carta de naturaleza, trasladando a las viñetas temas que antes eran tabúes, como el sexo o las drogas, y profundizando en la sátira y el humor irreverente. Swarte no es ajeno a todo esto, pero nos demuestra que se pude hacer algo así con dibujos que proporcionen además un goce estético y que nos hagan vibrar con la elegancia de su trazo, una deslumbrante composición de la página y un extremo cuidado por el detalle. Sin olvidar su exquisito uso  del color y de las tramas de "letraset" que estaban muy en boga en los años 70.

Con un humor surrealista y a veces cáustico y mordaz nos habla de cosas que a veces resultan ser muy reales. Por citar un ejemplo, "Slaven van de naald"("esclavos de la jeringa", 1975), nos hace pensar en el enriquecimiento de las mafias que crearon las drogas de diseño, consiguiendo que parte de una generación se dejara auténticas fortunas en autodestruirse.
Comprometido con la realidad más dura es también su breve comic "Activo Aventura Argentina", teñido de color rojo sangre, realizado dentro de la corriente que se oponía a la celebración del mundial de fútbol de 1978 en un país gobernado por una asquerosa dictadura. Aquí Swarte nos pone los pelos de punta haciendo visual el concepto del militar aplastando la cabeza del ciudadano con su bota.
 n su obra también encontramos las ideas más disparatadas, absurdas e imaginativas, como El paraíso del látex, que nos traslada a un mundo de condones, donde las gomas, una vez usadas, conocen un futuro mejor, y, tras una buena ducha, se integran en una sociedad idílica, bien gestionada y con subvenciones del gobierno.
En el terreno gráfico, Swarte recoge una serie de influencias muy variadas, que abarcan distintas artes, como el propio comic, el diseño gráfico, el diseño industrial, la pintura o la arquitectura.
El comic franco belga clásico, principalmete a través de Hergé, está muy presente en su trazo y en su forma de dibujar perosnajes, fondos y detalles. Las piernas de su personaje Jopo de Pojo, incluyendo bombachos y los zapatos, parecen en ocasiones extraida de una viñeta de Tintin. El dibujo de automóviles o aviones también es muy deudor del de Hergé. Pero Las enseñanzas de éste no calaron sólo en Swarte en el aspecto formal más literal, sino también a través de la preocupación  por la legibilidad en la narración, uno de los aspectos fundamentales de la línea clara.
La influencia de Geo Mac Manus ("Bringing up father") es compartida con el propio Hergé. Swarte tiene en la cabeza las expresiones y recursos de este gran clásico, y eso hace que en ocasiones sus dibujos estén emparentados también con los de la primera época de Hergé, la de sus álbumes en blanco y negro, donde esta influencia americana era más patente.

La herencia de George Herriman y su Kazy Kat está muy presente también en aspectos de la obra de Swarte, como él mismo ha mencionado en alguna entrevista. Además del estilo de dibujo, podemos rastrear su influencia en el uso de la tipografía como parte sustancial del diseño de la plancha y en las composiciones sorprendentes de algunas páginas.

En ocasiones también me recuerdan algunos detalles a E.C. Segar, como en su modo de representar los animales, que nos remite al mítico  Eugenio el "jeep" de Popeye.
En cuanto a paralelismos con comics contemporáneos suyos, me llama la atención el gusto por representar coches americanos de los años 50 y en general el ambiente urbano de esa época, que comparte con Ted Benoit, que nos hizo disfrutar de lo lindo con su "Berceuse electrique" a los que nos gusta la estética perdida de los cadillac y los drive-in nortamericanos de entonces. Aquí reproducimos una viñeta de "Imago moderna" de Swarte, y a continuación una de "Berceuse electrique", de Benoit.


También podemos mencionar  puntos en común con Leon el Terrible, de Theo Van der Bogaard, obra en la que, como en la de Swarte, encontramos temáticas que a veces contrastan con un tipo de dibujo limpio y nítido.
Finalmetnte, de los años 80 en adelante, el trazo de Swarte se vuelve algo más sintético, sencillo y abstracto si cabe, lo que lo emparenta con el estilo de Thierry Dalby. Si de la influencia que tuvo Swarte sobre Dalby no me cabe duda, no podría asegurar si la influencia pudo ser "de ida y vuelta" en la época de mediados de los 80.
El cuidado en el uso de la tipografía es otra de las señas de identidad de Swarte. El título de cada historieta es todo un alarde de diseño, hasta el punto de que, en la edición en castellano de La Cúpula, las letras permanecen en holandés, dada la extrema dificultad que habría conllevado traducirlas sin desvirtuar la composición original. Tan integradas están en el conjunto que son parte del dibujo. Swarte absorbe la influencia de Cassandre, del que recordamos aquí dos de sus más famosos carteles, pero además diseña sus propios tipos.


En el caso de las historietas que duran varias páginas, la primera de ellas suele ser un avance de lo que nos espera, y en ella aparece el título de la historieta, integrado en un conjunto diseñado de manera singular.



En los edificios y en las composiciones de sus dibujos en general se puede apreciar otra de las influencias de Swarte, la de las vanguardias de principios del siglo XX, principalmente el neoplasticismo o De Stijl,  movimiento al que pertenecieron pintores como Mondrian, Van der Leck y Huszar, y arquitectos como Van Eesteren, Oud, Rietveld o Theo Van Doesburg. Para ilustrar esto, reproducimos aquí  obras de algunos de estos artistas, entre ellas la famosa fachada del café De Unie, de J.J.P. Oud, la cual, si le añades un personaje asomado a una ventana, es casi una plancha de Swarte.





A estas influencias hay que añadir la del Art decó y la de maestros del movimiento moderno, como Gropius o Le Corbusier.
En suma , todo un goce para los sentidos y el intelecto, que sabe a poco, pues poco se ha prodigado el maestro Swarte a lo largo de los años.

3 comentarios:

  1. Muy buen articulo, Jose Luis. Lastima del tamaño de la edición de La Cúpula. Merecía un tamaño mayor.

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  2. Gracias, José Manuel. Estoy de acuerdo en lo del tamaño, que a veces SI importa... :)

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  3. Interesantísimas, José Luis, las referencias que citas de Swarte.

    Coincido en lo del tamaño del excelente "Casi completo" de La Cúpula: el formato pequeño tan de moda es demasiado pequeño (para Swarte y para otros muchos cómics)

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