En general cuando se habla de la línea clara se entiende como una corriente concreta de la escuela francobelga, y en algunos casos se incorpora sin mayores problemas a autores holandeses. Pero es raro que cuando se habla de este estilo se crucen los Pirineos.
Ahora bien, ¿existe una línea clara española o ha existido?
Si retrocedemos a los años 50 y examinamos revistas como Spirou y sobre todo Tintin encontramos múltiples trabajos que se pueden encuadrar en la línea clara; era casi el estilo dominante por aquellas latitudes. En cambio en España, tanto los cuadernos de aventuras, ya fuesen dibujantes tan distintos como Boixcar o Miguel Quesada, o las revistas, con firmas como Jesús Blasco o Escobar, practicaban un estilo bien distinto. Había, sí, influencias, pero por lo general miraban hacia el otro lado del Atlántico, hacia Alex Raymond, Milton Caniff, etc.
La escuela catalana
Hubo, claro, una cabecera que publicaba un material muy diferente al del resto de escuelas gráficas: TBO. Y especialmente dos dibujantes, clásicos de nuestro tebeo, cuyo trazo se ha relacionado en ocasiones con la línea clara: Josep Coll y Benejam.
Como es sabido, Josep Coll practicaba un estilo particularísimo: un grafismo limpio pero muy estilizado, de figuras alargadas y esbeltas, objetos también deformados dentro de la óptica/estilo del dibujante, al servicio de un humor blanco basado en investigar la mecánica del gag y en la observación de lo cotidiano; era como un Jacques Tati del cómic, un francotirador, fino, elegante, único, atento a las situaciones y a sus posibilidades humorísticas, como los náufragos que salían de su lápiz.
Benejam también tenía un estilo limpio, un trazo sencillo que no distraía de la lectura. Con La familia Ulises era profusión de bocadillos, conversación continua, cháchara, era la comedia de costumbres, pero tenía otros tebeos en los que su estilo se mimetiza más con la revista, al igual que otros autores como Ayné.
Encuadrar a Coll o a Benejam dentro de la línea clara sería mucho decir; más bien tienen como precedentes el humor gráfico y la ilustración española, de una madurez que se puede considerar como una versión depurada, una economía del trazo.
Con Josep Maria Madorell, dibujante estrella de Cavall Fort, sí que cabía hablar de línea clara, pero como hemos visto en la entrada anterior no es un remedo de Hergé, porque en Madorell se dan cita ilustradores precedentes, como Junceda, y añadamos que también los dibujantes del TBO.
Años 80
¿Hubo en consecuencia una línea clara? Evidentemente como decíamos no tuvimos por acá una revista que aglutinase a estos autores, como la revista Tintin. Lo más parecido vino años después, en los ochenta, con la revista Cairo, que era un poco como nuestra versión de la revista À suivre pero con notables y jugosas diferencias: compartíamos Tardi, Ted Benoît… pero se nos descubrió a Jacobs, Rivière y Floc'h... y se buscaba en nuestras raíces bases para un nuevo tebeo nacional. El director de la revista, Joan Navarro, afirmaba en un editorial: "Coll es al neotebeo lo que Hergé a la línea clara".
Así vimos por Cairo alternar las viñetas de Coll con las de nuevos valores. ¿Era acertado mirar a Coll como uno de los padres de una nueva escuela? Pues no de una forma directa, pero tampoco iba del todo desencaminado. Porque queda claro que fue mayormente la escuadra valenciana -sobre todo Daniel Torres, Mique Beltrán, Sento y Micharmut- la que afianzó una de las corrientes más importantes en el cómic español del momento. Y aunque lo común, y lo que parece de buen tono es decir que sólo comparten situación geográfica, lo cierto es que las influencias de la línea clara y del atomstyle son evidentes, pero son retomadas con una personalidad propia sumando, ahora sí que no está de más apuntarlo, una tradición tebeística que no viene del ámbito francobelga sino que es autóctona, y que se nutre de revistas como TBO o autores como Josep Coll o Miguel Calatayud.
Hubo otros autores, como Alvarortega, colaborador de El Pequeño País y TMEO, que realizó uno de los trabajos españoles que más lindaban con la escuela atom, Los arquitectos, que editaría IKusager en dos álbumes, "Los arquitectos" y "El anillo", con el primero de ellos prologado, significativamente, por Daniel Torres. Eran aventuras en las que un dibujo muy estilizado enfrentaba a los dos protagonistas, los arquitectos Caplan y Jones, contra mad doctors y nazis. Datado en 1990, podrían haberse encuadrado perfectamente entre los esfuerzos de la Nueva Escuela Valenciana.
Por otra parte, el guionista Francesc Bofill y el dibujante Francesc Infante, que firmaban como colectivo Sire, realizaron en 1984 el álbum "El enigma Gaudí" (Maimés), editado en catalán y en castellano. Se trata de una aventura del investigador privado Daniel Bach en la Barcelona de 1926, trabajada recreación de la Belle Epoque dentro de los parámetros de la línea clara con una mixtura de misterio y esoterismo que rodea a la construcción de la Sagrada Familia. Las aventuras del personaje continuaron en "Bach and white", igualmente conseguida aunque en un estilo gráfico distinto.
El enigma Gaudí en Mis cómics y más
Por aquella época Massagran, la emblemática creación de Madorell, iba por su cuarto álbum, "En Massagran al pol nord", que se estaban publicando a ritmo de uno por año. Eran buenos tiempos para la línea clara, con una revista incluso que cantaba sus excelencias, pero los semanarios infantiles y las llamadas revistas de cómics para adultos estaban entrando en crisis. En 1986, rizando el rizo, Joan Navarro dirigiría una breve etapa de la revista TBO, incorporando algunas firmas de Cairo, que había perdido parte de la línea editorial para abrirse a nuevos contenidos.
Sea como fuere, la crisis de los tebeos como forma de ocio estaba ahí y fueron desapareciendo las cabeceras.
En la actualidad resiste, cual aldea gala, Cavall Fort. Durante 2004 Lluís Albert Arrufat vería publicado en la mítica revista "Els lladres del monestir", primera aventura de Roc Roca.
En febrero de 2012 Roc Roca vuelve a Cavall Fort con una segunda aventura, "El flascó misteriós", que le traslada a Londrés y a un ambiente intrigante. Lluís Albert Arrufat con su gusto por un trazo limpio y dinámico, añade el cuidado a la hora de escoger localizaciones, sin que éstas roben el protagonismo a los personajes; casi se diría un relevo del fallecido Madorell para el Cavall Fort del siglo XXI.
Por último permitan que mencione a un dibujante con el que actualmente colaboro, José Luis Povo, cuyo trazo de línea clara descubrí precisamente en este blog, suyo, donde abusando de su bonhomía escribo estas palabras.
Pensé, creo que con buen criterio, que su trazo ajustaba como un guante para un guión que reposaba en un disco duro desde hace un par de años: en unos días será el flamante álbum "Ladrones de almas" (Netcom2), primera aventura de Miquel Mena, en edición en castellano, catalán y euskera.
Confieso que cuando me llegaban los bocetos y las páginas entintadas pensaba para mis adentros en algunos de los puntos fuertes de este estilo; pensaba que, sí, ha llovido mucho desde el boom de la nueva línea clara en los años 80, pero hoy en día se revela como un estilo interesantísimo por su legilibilidad, era algo que muchos aficionados echaban de menos en nuestro sufrido mercado. Y bueno, como habrán podido deducir en este artículo de opinión, en nuestro país nunca se ha cultivado una línea clara pura. Siempre ha tenido un color local al citarse influencias autóctonas. Y eso la hace todavía más interesante.
Enlaces:
Recordando a Josep Coll en Rosaspage
Josep Coll en el Instituto Cervantes
Página web del personaje Roc Roca
Otros enlaces de Mis cómics y más:
Doblemente gracias, Pablo: por este completo y apasionante recorrido por la línea clara en nuestro país, y por mencionar mi nombre, haciéndome compartir espacio con el de las figuras consagradas del comic español que protagonizan el artículo.
ResponderEliminarGracias, Olrik, por los ánimos y por tu comentario. Ya está de camino Miquel Mena, el día 30 de noviembre verá la luz !!
ResponderEliminarGracias, Olrik.
ResponderEliminarLA revista a la que te refieres es TBO, donde Coll era firma de referencia.
Ediciones B tiene varios volúmenes sobre el TBO con bastantes páginas de Coll, ahora bien un monográfico creo que no hay, al menos disponible.
Salvat también ha recopilado volúmenes del TBO hace muy poco.
ResponderEliminarGracias, José Luis, qué menos.
ResponderEliminarA todo esto, no estarán todo los que son... Se trata al menos de opinar sobre el fenómeno y sentar unas bases... que los estudios largos ya llegarán, espero que se decida algún estudioso, que el tema lo merece.
Gracias, Pablo, por el análisis que haces sobre el cómic de Roc Roca. No sé si soy el relevo de ningún dibujante, pero agradezco a la revista Cavall Fort la oportunidad que me ha dado para publicar un cómic de 62 páginas por capítulos. El siguiente paso es conseguir que haya una tercera y una cuarta aventura.
ResponderEliminarOs deseo mucha suerte con el álbum de Miquel Mena y espero que podamos conocer nuevas aventuras del personaje.
Muchas gracias, Lluis Albert. Me alegra nucho tu visita al blog. Suerte para ti también y un saludo!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Lluís Albert. Espero que Roc Roca tenga buena aceptación y que continúen las aventuras. A todo esto, creo que está pendiente el paso al álbum, que me interesa mucho. A ver si alguna editorial se decide...
ResponderEliminarQuerido Pablo: Veo que no has leído mi libro
ResponderEliminar"Tintin, Herge...y los demás". En él aparecen los dos únicos manifiestos existentes sobre la línea clara (1988). En el segundo de ellos hablo sobre una posible escuela española de esa corriente... El libro aún lo puedes encontrar en Libertarias/Prodhufi. Como no es caro, tal vez puedas regalarle a José Luis un segundo ejemplar. Yo no tengo más que uno de la primera edición y otro de la segunda. Un saludo!
Gracias por el apunte, Juan. Me interesa mucho, en efecto, esa mención a una posible escuela española de línea clara. Daba tu libro por agotado pues varias webs así lo consignan. Tu mensaje me anima a buscarlo vía web. Un saludo.
ResponderEliminarA todo esto, comentar a los habituales de blog, que se ha saldado hace poco el libro de ensayo "Los cómics de la transición. El boom del cómic adulto 1975- 1984", de Francesca Lladó, editado por Glénat. En el libro se alude a una línea clara de aquel momento y se trata a varios autores, sobre todo a los más notorios en las revistas de la época.
No se ni como he llegado a este blog, pero me alegra. ¡En cuanto pueda adquiriré el Ladrones de Almas!
ResponderEliminarPues me imaginado que habrás llegado buceando, quizá sin rumbo fijo, en el mar virtual del comic de línea clara. Me alegro, en cualquier caso, y si lees "Ladrones de almas" ya nos contarás. Un saludo.
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