El blog de José Luis Povo

El blog de José Luis Povo

lunes, 29 de octubre de 2012

REVISTA CAIRO

cairo 1 CAIRO 10

"Con el nacimiento de la revista Cairo en 1981, se verifica la verdadera renovación de la moderna historieta española, merced a la dirección visionaria y entusiasta de Joan Navarro, que, sin perder de vista las corrientes francobelgas más clásicas, hace descansar sobre los hombros de una serie de autores jóvenes el esqueleto de su propuesta. Estos autores vertebraron lo que dio en llamarse Nueva Escuela Valenciana, y su obra se caracteriza por una levedad y una ironía alejadas del humor cerril y politoxicómano cultivado por sus compañeros de El Víbora, la otra cabecera renovadora del medio durante la década de los 80, amén de por su concepción de la Aventura, distanciada y de tono premeditadamente camp."

(Francisco Naranjo, "El informe Mongo").

Esta cita, brillante, está extraída de un artículo dedicado a la revista Cairo, publicado en el imprescindible número 21 de la revista de ensayo U, un especial Daniel Torres, a la sazón una de las estrellas de Cairo.

Hoy en día está dcairo chalande moda minusvalorar el boom de la revistas de cómics para adultos de los años 80, de calidad más que notable a poco que se revisen sus páginas.

En el caso de Cairo difícilmente se puede exagerar su importancia, ya que fue una publicación capital para el desarrollo del cómic español. ¿O deberíamos decir tebeo? Porque más allá de la rivalidad, amable, entre colegas, que se esbozó entre la línea clara de Cairo y la línea chunga de El Víbora, cuando como se ha señalado repetidamente ambas cabeceras compartían muchos de sus colaboradores, Cairo demostró desde su primer número un marcado espíritu reivindicativo, que comenzaba por el mismo nombre que defendía para el medio, tebred madu 2eo, en contraposición con el vocablo cómic, popularizado por la crítica por la supuesta mayoría de edad del noveno arte.

Tebeo, o neotebeo como figuraba en portada, era la propuesta que mantenía una revista a la que no le faltaban artículos de fondo, muchos de ellos firmados por Ramón de España ("Vacaciones en Syldavia", "Modernidad contra modernez", etc) que completaban a los editoriales y transmitían su particular ideario estético.

En cuanto a los tebeos en sí, llegó lo más granado de la nueva línea clara: Floc'h ilustraba la portada del primer número, segunda parte de la trilogía inglesa que vería la luz en las páginas de Cairo; Tardi cerraba la última historieta del primer número con su "Niebla en el puente de Tolbiac", y se convertiría en una presenciCAIRO 13a constante en la publicación.

Desafiando a los supersticiosos el número trece supuso la presentación, ¡por fin!, de Edgar P. Jacobs en España con una portada de órdago. El director de la revista Joan Navarro afirmaba orgulloso en el editorial: "agárrense ustedes fuerte, que desde este mes, en el neotebeo encontrarán una razonable dosis de la obra magna de uno de los patriarcas de la historieta en Europa y el mejor representante -junto con Hergé- de la escuela franco-belga". Unas páginas después un artículo de Ramón de España presentaba la aventura: "La Marca Amarilla"

Otras obras francobelgas vieron la luz en Cairo, como las Ideas Negras de Franquin, "La red Madú" de Rivière y Goffin, Ted Benoît y su "Ciudad Luz" o Theodore Poussin de Frank Le Gall, sin olvidar al italiano Vittorio Giardino, una de las firmas estrella de Cairo desde que recaló con la magistral "Rapsodia húngara". Dentro de la pujante línea clara holandesa recordar El profesor Palmón de Dick Briel, con la intrigante "El misterio de la planta tacho" dividida en tres entregas y ocupando una portada, y León el terrible, de Theo Van den Boogaard y Wim T. Schippers, cuyas historias cortas diseminaban la publicación con humor absurdo.

 CAIRO 12CAIRO 19

 cairo 25 cairo 26

Todavía más relevante fue la introducción de firmas españolas. En los opium vprimeros números Montesol o Scaramuix. Poco a poco, a partir de la llegada de Daniel Torres en el cuarto número con su deslumbrante Opium, se fue ganando una unidad de estilo al dar cabida a lo que se  denominó la Nueva Escuela Valenciana, con firmas como Mique Beltrán, Sento, Micharmut y el propio Torres, que proponían una revisitación de los géneros clásicos desde la desmitificación, acompañada siempre por un trazo limpio y moderno, un grafismo que en su legibilidad tenía a la línea clara como una de sus influencias y en su modernidad a autores como el también valenciano Miguel Calatayud, que llegó a asomar por las páginas de Cairo.

La presencia de la Nueva Escuela Valenciana en Cairo alcanzó su cénit en el número 25: portada de Sento con su "Velvet Nights", con guión de Ramón de España, una historieta de Micharmut deconstruyendo el medio, "Macao" de Mique Beltrán y "El misterio del susurro", una aventura de Roco Vargas, el célebre serial de ciencia ficción que había iniciado Daniel Torres en el número 12. Para hacernos una idea de la calidad de la revista, comentar que el sumario de este número 25 se completaba con tebeos de Pere Joan, Tha y Bigart, o Coll, autor del TBO justamente reivindicado por la publicación, mientras que en apartado internacional teníamos a los habituales Tardi y el tándem Rivière/Floc'h. Todo ello en un sólo número; de quitar el hipo.

MIQUE

La verdad es que la historia de esta revista, como el boom de los ochenta, da para un libro. No podemos en este limitado espacio tratar hechos como la huelga de artes gráficas que tanto perjudicó la salida del número 19 de Cairo, o detenernos a fondo en distintos aspectos como el cierre de la revista al dejar Joan Navarro la redacción y su posterior resurrección hasta alcanzar los 75 números. En el artículo enlazado al final de esta entrada se pueden encontrar más datos de interés. Tan sólo añadir dos observaciones: no podíamos olvidar a una revista como Cairo en este especial línea clara, y comentar que para muchos lectores Cairo fue número a número una conmoción, era emocionante, se palpaba mes a mes la evolución del medio; fue historia viva del tebeo.

Enlaces:

Cairo en la Wikipedia

Las treinta primeras portadas de Cairo en el blog Carnaby Street

También en Mis cómics y más:

Relecturas: "Ciudad Luz" de Ted Benoit

"La red Madú" de Rivière y Goffin

sábado, 27 de octubre de 2012

RELECTURAS: "CIUDAD LUZ",de Ted Benoit


Me parecía éste un buen momento para leer de nuevo "Ciudad luz" , de Ted Benoit, aventura protagonizada por su personaje Ray Banana, que muchos conocimos a través de la revista CAIRO,como otros de los comics de los que hemos venido hablando estos días.
En mi visita al blog La Caraviñeta (que Pablo rescataba hace unos días),uno de los comics que llevaba bajo el brazo fue Berceuse electrique, el  álbum de Ray Banana anterior al que nos ocupa, y en el que Benoit creó el personaje. En aquel artículo comentaba la capacidad de Benoit para dar vida a través del álbum a una ciudad imaginaria (Metropolis) , situando la acción en el futuro pero con la estética de las urbes americanas de los años cincuenta en cuanto a los coches, la ropa, el diseño o  la arquitectura. Hablaba también de que el empleo del blanco y negro evocaba el cine negro norteamericano de los 40 y 50. Pues bien, en Ciudad Luz, Benoit sigue con su particular mundo deliberadamente anacrónico para trasladarnos a París, o más bien para crear su propio París, esta vez en color. (Según me acabo de enterar por medio de nuestro amigo Rafa, el color está realizado por lso mismísimos Studios Hergé).Podemos ver que uno de los personajes más relevantes de la historia, el pintor Zelantius, nace en 1942. Aparenta unos 60 años, con lo que la acción se situaría en torno a 2000, es decir, el futuro, pues Benoit dibujó el comic a mediados de los ochenta. Sin embargo, los coches nos remiten de nuevo a los años cincuenta, y el propio aeroplano que traslada a Banana a París parece sacado de El Asunto Tornasol.




La ropa de los personajes también tiene un aire retro y a la vez ochentero en algunos casos. Como decia, Benoit crea su propio París, poniendo una especial atención en los ambientes que va creando, a través de elementos como la decoración de los interiores, cuidada hasta el mínimo detalle, las fachadas o los rincones de barrios como Montmartre o Pigalle. 


En esta relectura me ha llamado la atención especialmente este aspecto de los ambientes y los escenarios. Hay dos casas que tienen una importante presencia en la acción; en ambos casos se trata de dúplex con espacios a doble altura, que el dibujante se ocupa de mostrarnos a través de viñetas grandes y verticales por lo general.


Benoit se plantea, por ejemplo, cómo debe ser el estudio de un artista en ese particular París que está creando, y se aplica a definir cada detalle de ese espacio.



El trazo recuerda, por supuesto, al maestro Hergé, pero se aleja de él en otros aspectos, como la composición en la página. Escoge composiciones que le permiten mostrar encuadres más amplios que los habituales en Tintin, con frecuente uso del plano picado.
En ese sentido, yo veo a Benoit como un director de cine que al vez es director artístico de su película. Como en el buen cine, aquí nada es gratuito, cada elemento que aparece en un encuadre es exactamente el que el autor nos quiere mostrar, no está ahí por azar.
Y hablando de cine, el cine clásico norteamericano está presente como una referencia, igual que en "Berceuse electrique".  La forma en la que el protagonista se ve envuelto en una historia sin comerlo no beberlo nos trae a la memoria inevitablemente películas de autores como Hitchcock o Fritz Lang. La parte inicial de la historia, en la que a Banana le van sucediendo cosas  a las que no encuentra explicación, y en la que permanece en su mente la duda de si ha tenido o no un ataque de amnesia,olvidando un pasaje entero de su pasado, me parece lo más logrado de este comic. El momento en que se da de bruces con un cadáver, ante un testigo que piensa que el asesino ha sido él, nos remite directamente a películas como "Con la muerte en los talones" o "39 escalones", en las que el tema del falso culpable era explotado por el maestro del suspense para llevar sin aliento al protagonista a través de toda la historia, y con él al espectador, que siente que le podría hacer pasado a él.
Más tarde entran en acción los protagonistas del oscuro asunto que está detrás de todo y que explica los hechos ocurridos al prinicipio. En ese momento cambia el punto de vista de la narración, y el lector pierde la posibilidad de seguir el relato identificándose con el protagonista. Para mi gusto, ahí se pierde algo de la pasión por la intriga de la parte inicial. La segunda mitad  era lo que recordaba como más débil en la primera lectura, y en esta segunda he caído en la cuenta de que propabablemente se debe a esto.
Con todo, el final nos reserva también momentos logrados, como el encuentro por sorpresa entre Banana y otro personaje clave, Tifón (del que no hablaré más para no desvelar la trama.).
No podemos dejar de mencionar la breve presencia de Metropolis, ciudad que conocíamos en blanco y negro y que ahora vemos en color. Pese a que la acción se inicia en París, en pleno Moulin Rouge, Benoit nos muestra en un flashback (otro recurso muy cinematográfico) los hechos que le dieron pie a viajar allí. Y es ahí donde nos reencontramos con la ciudad de Banana, en unas pocas viñetas que personalmente me encantan y me hacen desear una tercera historia que transcurriera íntergamente en una Metropolis coloreada.


En el flashback nos encontramos también con la imprescindible Thelma Ritter, la asistenta de Banana. (Otro homenaje al cine, pues Benoit toma el nombre, y en parte el físico de este personaje, de una de las actrices secundarias de más carácter del cine americano, y que es recordada, al menos por mí, por su papel junto a James Stewart en "La ventana indiscreta").

PHIL PERFECT, de Serge Clerc

2012 11 Intégrale Phil Perfect

El 30 de noviembre Dupuis lanzará al mercado el volumen integral de Phil Perfect, de Serge Clerc. 288 páginas por 32 euros.

Probablemente Serge Clerc fue después de Yves Chaland la firma más reconocida del atomstyle, la variante vanguardista del revival de la línea clara de los años 80.

En las páginas de la revista Metal Hurlant encontró su principal vía de expresión, ya sea en sus trabajos ligados al género de ciencia ficción como en la faceta por la que más se le recuerda, el mundo de la noche y su visión del rock n' roll.

metal serger and roll serge clerc 

Representó quizá mejor que nadie la fusión entre cómic y rock debido a unas preferencias personales que le llevaron a ilustrar portadas de discos y a dibujar a varios grupos de la época como The Clash o The Cramps.

Ese ligamen entre cómic y rock, que no se debería haber perdido y que entonces estaba muy en boga (recordemos autores como Max o Margerin), venía a ilustrar aquel tópico, no por manido menos fidedigno, de los tebeos para "aquellos que habían crecido leyéndolos y que demandaban una temática a tono con sus nuevas inquietudes".

Phil Perfect, puños y copas

Phil Perfect encarnaba a un prototipo de personaje nocturno, heredero de los investigadores privados tan queridos por el cine negro, perdido entre night clubs y humo de cigarros.

El grafismo de algún modo revisionaba los patrones de la línea clara y combinaba como Chaland un regusto retro con un look que se pretendía moderno en todo momento, hasta el extremo de contagiar ese ideario a la rotulación de los textos, que se desmarcaba de la rotulación al uso y que sería casi una marca de estilo, imitada por muchos autores.

phil perfectmocambo

Hay que reconocer que las historias de Phil Perfect en particular y Serge Clerc en general se adaptaban como un guante al concepto de revista de los años 80. No estaban constreñidas por el continuará y eran un complemento perfecto para otras historietas con más tirón comercial. Sin embargo, pese a no servir de reclamo para el público y carecer de una traducción directa en ventas, Serge Clerc era un indispensable, un autor idóneo para transmitir estilización y modernidad en las revistas que lo publicaban, con una visión cool del medio.

Nueva Frontera, que lo acogía en la edición española de Metal Hurlant, editó en castellano "La noche del Mocambo", recopilación de cinco historietas del personaje prologadas por una serie de viñetas en las que Sam Bronx, amigo de Phil Perfect y compañero de desventuras, comenta cada una de ellas a modo nexo de unión del volumen. Eran historias como las de "La noche del Mocambo", que da título al álbum y que evidenciaba que a Serge Clerc más que una trama en sí lo que importaba era transmitir un ambiente y un tono; "Nido de espías en Alpha-Plage", melancólica narración de personajes varados a la orilla de la mar, entre paseos playeros y tristes cafés, rememoración del eurothriller con un aire a película de Lemmy Caution, cuya estilización en las figuras o en los escenarios dejaría impronta en una generación de dibujantes, como Sento o Micharmut; y tres historias ligeras -"Los hombres de negro", "Un asunto de vida o muerte" y "Karmann Blues"-, casi cómicas, donde el fondo se impone a la forma, el estilo ante todo, jugando siempre con dos planos narrativos y con especial atención para la acción que transcurre en off. perfect 2

"La noche del Mocambo" leída hoy en día impresiona por su modernidad y porque permite atisbar la huella que dejó Serge Clerc en la historia del cómic. Ahora Dupuis lanza un integral sobre el personaje que tiene escasas posibilidades de editarse en castellano.

Enlaces relacionados:

La noche del Mocambo en 365 Cómics por año

The Cramps por Serge Clerc

La viñeta del mes: La noche del Mocambo (Fort Navajo)

viernes, 26 de octubre de 2012

LA RED MADÚ


Dentro de nuestro ciclo sobre la línea clara, hoy recuperamos el artículo que escribió por aquí Joaquín sobre "La red Madú", de Goffin y Rivière. Joaquín comenzaba el artículo mencionando la revista CAIRO, a través de cuyas páginas conocimos en España esta aventura de Thierry Elaudaz (Thierry Laudacieux). Esta no será la última vez que hablemos aquí de aquella impresicindible revista: dentro de poco le dedicaremos un artículo monográfico.
Hace no mucho recibimos la visita, en aquella entrada del blog, del autor de otro interesante artículo en el blog Interrobang (de donde tomamos prestada la plancha original que reproducimos abajo), que hablaba de la Red Madú y la ciudad de Bruselas. Ramón de España criticaba a los autores, Francois Riviére y Alain Goffin, por situar la acción en Bruselas, pues le parecía un entorno poco glamouroso o atractivo para una aventura. Yo, en cambio, creo que fue un acierto, y que este comic es en sí todo un homenaje a esta ciudad.  Me parece muy atractiva la presencia de la arquitectura y la decoración de los años 20-30 bruselense en sus escenarios, y el modo que tiene Goffin de representarlos.


La red Madú en Mis comics y mas

Bruselas y La Red Madú en Interrobang

LAS INVESTIGACIONES AUTOMOVILÍSTICAS DE MARGOT

 margot10

No todo va a ser volver a los años 80: Las investigaciones automovilísticas de Margot, de Olivier Marin margoty Emilio Van der Zuiden, se mantiene dentro de los presupuestos estéticos de la línea clara con un agradecido aire vintage y con su gusto por los coches clásicos.

Un ejemplo bien claro de que se puede cultivar la línea clara hoy en día y recabar la atención del público.

Como se puede apreciar en la imagen adjunta, el segundo álbum sube el voltaje erótico a la misma velocidad que crece el número de fans de la curvilínea periodista.

En Mis cómics y más, José Luis dedicó una reseña al primer volumen de la serie:

El misterio de la tracción 22

jueves, 25 de octubre de 2012

FREDDY LOMBARD - 2, por Yann Lepennetier y Yves Chaland

                                                                             FreddyLombard2                 

Colección Integral Yves Chaland  Obra Completa num. 2
Vacaciones en Budapest/ F.52
Vacances a Budapest/ F.52
Guión Yann Lepennetier & Yves Chaland
Dibujo Yves Chaland
Glenat 2008                                                      
134 pags

 

 

 

La recopilación en formato integral de la obra de Yves Chaland supuso un inesperado reencuentro con uno de los dibujantes más importantes de los años 80. El primer volumen integral, publicado por Glénat, está compuesto por los álbumes "El Testamento de Godofrío de Bouillon", "El Cementerio de los elefantes" y "El Cometa de Cartago", las tres primeras aventuras de su personaje más señero, Freddy Lombard, donde Chaland recogía el testigo de las Escuelas de Bruselas y de Marcinelle, y buceaba en las raíces del tebeo clásico francobelga para alumbrar, paradójicamente, un estilo rabiosamente moderno.

El segundo volumen integral era todavía más esperado por contener dos álbumes inéditos en castellano. El primero de ellos, "Vacaciones en Budapest", es una apuesta novedosa en la carrera de Chaland. En sus obras anteriores jugaba con arquetipos ya conocidos para entonar su particular revival, que en lo colectivo se vino a llamar línea clara. Sin embargo, Vacaciones en Budapest pone su dibujo al servicio de una trama en la que ya no cabe la abstracción. Tampoco situar la trama en países innominados ni en naciones como Borduria o Bretzelburg; en su lugar, recrea con detalle la revolución húngara de 1956, donde Freddy Lombard, Dina y Sweep tendrán que verse en más de un aprieto. La multitud de elementos que se ponen en liza no casan a la perfección, y acaba por sobresalir del conjunto -por estar bien urdidas- tramas en principio secundarias como la fogosa relación sexual entre Sweep y la agente soviética Svetlana.

budapest

Aún así, hay momentos en los que vemos las calles de Budapest que poseen gran fuerza y que nos demuestra que Chaland estaba apuntando una nueva vía para la línea clara que no pudo continuar debido a su fallecimiento prematuro. Con todo, sin ser un camino especialmente transitado, sus enseñanzas tampoco cayeron en saco roto, y ahí está el magnífico "Le groom vert-de-gris" para demostrarlo.

f 52

El volumen integral se completa con F. 52, álbum que plantea un viaje transoceánico Melbourne-Paris en un moderno avión de pasajeros, el F 52. Nuestros protagonistas -Freddy, Dina, y Sweet- forman parte de la tripulación del portentoso aeroplano donde se citan pasajeros de toda laya, incluido un escurridizo espía.

Estamos ante una deslumbrante obra maestra, quizá lo mejor de Chaland. Así, F 52  se destaca como una obra cumbre de la línea clara y más concretamente de su variante más estilizada, el atomstyle. En lo conceptual coquetea con el retrofuturismo, tan querido por este estilo, al recrear un marco vintage, con su amor desmedido por los trajes, sombreros y moda años 50, al tiempo que elucubra con adelantos tecnológicos que realmente no existieron, si acaso en las revistas de la época. En el apartado gráfico, el entintando pasa a un primer plano al resaltar una línea clara, en efecto, pero de un grosor que acentuaba más su significación y voluntad de estilo. Como era habitual en Chaland, sellaba un maridaje entre modernidad gráfica y la conciencia de una herencia estilística que tuvo su apogeo en los años 40 en la revista Spirou, con Jijé y Franquin a la cabeza.

f 52 2

Un aire retro a juego con un argumento que recuerda a aquellas narraciones sobre viajes en grandes trasatlánticos o en lujosos trenes de larga distancia. El guión, firmado por Yann Lepennetier y Chaland, cruza con gran oficio tramas, subtramas y microhistorias entre tripulantes y pasaje, ganando peso la angustiosa pérdida de una niña en el avión, y creando en suma un complejo crisol, un tour de force como guionista que a la postre revierte en la valoración de este cómic excepcional. Sensación a la que no es ajena el color de Isabelle Beaumenay-Joannet, que, dentro de la ausencia de protagonismo que en teoría demanda el estilo, sabe respetar en todo momento el trazo, la línea, y dotar al conjunto de una gran elegancia.

  f 53

La edición de Glénat, muy cuidada, cuenta con 30 páginas de extras, entre los que se incluyen bocetos, portadas, declaraciones de Chaland y selección de viñetas. (Aviso para navegantes: los dos volúmenes integrales que se editaron en castellano de Freddy Lombard se están vendiendo conjuntamente por sólo 20 euros, precio que se mantiene para una oferta de 500 packs).

Críticas en la red:

Freddy Lombard I y II, en La BD

F52 y Vacaciones en Budapest en Dentro del laberinto

Freddy Lombard I, en Fort Navajo

Freddy Lombard I, en Abandonad toda esperanza

Freddy Lombard I, en El lector impaciente

Freddy Lombard II,  en El lector impaciente

Además:

Recordando a Chaland, en C de Arte

miércoles, 24 de octubre de 2012

BLITZ, de Rivière y Floc'h

Blitz

Como habíamos comentado,  durante estas semanas dedicadas a la línea clara rescataremos varias entradas de Mis cómics y más. La primera de ellas, un excelente artículo de Joaquín:

Blitz, de Rivière y Floc'h

lunes, 22 de octubre de 2012

LA LÍNEA CLARA

spirou chaland
José Luis ha abierto el fuego con el Instante Estelar dedicado al Spirou de Chaland para inaugurar una serie de entradas que consagraremos a la línea clara. (Qué mejor imagen para unir tradición y modernidad que el Spirou de Chaland, pensamos hace unos meses cuando maquinamos este especial línea clara)

¡Rayos y centellas! ¿Pero este blog no iba de la línea clara?spirou chaland 3
Bueno, sí. De hecho, muchas de las entradas de las próximas tardi-coversemanas recuperarán textos ya publicados en este blog, a modo de hemeroteca. 
Pero reconozcamos mientras tanto que hay una corriente general del cómic franco-belga, incluso del clásico, más realista, y que difícilmente tiene encaje en lo que llamamos línea clara. No es queramos apartar ese realismo de los contenidos del blog, sino que durante un tiempo limitado "vamos a centrarnos un poco".

Centrarnos hasta el punto de que las entradas de las próximas semanas dedicadas a la línea clara no quieren tanto indagar en los orígenes como en los autores que con posterioridad, sobre todo a partir de los años ochenta, han cultivado este estilo.
blake_mortimer_jacobs_tardi_carte
Sí. En cierto modo se alentará el debate estético sobre este estilo y su pervivencia, que deja varias preguntas en el aire. ¿Tiene sentido la línea clara hoy en día? ¿Qué vías hay abiertas para su desarrollo? ¿Es el atomstyle, o atoomstilj, una corriente a considerar dentro de la línea clara?

Rescatamos al respecto una cita  de Pepo Pérez (extraída de Con C de Arte):

"Al contrario, por cierto, de lo que pasó en el relinea claravival de la línea clara de los 80, donde un surtido grupo de autores europeos se lanzaron a homenajear el estilo de los maestros francobelgas (Swarte, Floch, Chaland entre los que tenían voz propia y eran, por lo tanto, más  interesantes; otros, los puros copistas, Dick Briel, Dominique Hé y un largo etcétera, ya olvidados), donde los dibujantes se limitaron a dibujar "a la manera de" consiguiendo, en el mejor de los casos, recreaciones simpáticas de lo que sus maestros descubrieron. Más tarde algunos de ellos, básicamente Chaland, emplearía todo ese bagaje para ser el mismo (como dijo alguien por entonces, "dejar de ser referencia para convertirse él mismo en referencia"), pero la mayoría, una vez superado el efecto sorpresa, se fueron difuminando hasta confundirse con el paisaje. Qué bonita frase. Perdón. tardi_14e_arrondissement_affiche
De entrada, entonces, creo que sólo Tardi entendía el tema "línea clara" no como un referente estético sino como un método de trabajo: dibujar sintetizando a partir de la realidad, y aplicar ese grafismo en una narración donde la historia discurriera primando la legibilidad sobre cualquier otra cosa, buscando la modernidad en lo formal, recreándose en la documentación, huyendo del efecto gratuito, de lo apabullante y desmesurado: buscar una buena historia y contarla con una simplicidad perfecta, aunque ello implique un despliegue de recursos mayor que los aparentemente costosos claroscuros de gran intensidad dramática y las angulaciones de dinamismo non plus ultra tan del gusto de cientos ¡y hasta cienes! de astutos lectores."

Esto... hay tema, caray que si hay tema...

Para ir abriendo boca, enlaces relacionados:

Tras la estela de Hergé, por José Luis Povo (La Caraviñeta)

La línea clara: la viñeta en estado químicamente puro (Rayos C en la oscuridad)

Los hijos de la línea clara (Álvaro Pons, EL PAÍS)

domingo, 21 de octubre de 2012

INSTANTES ESTELARES: EL SPIROU DE CHALAND (1982)


En el año 1982, en el número 2297 de la revista Spirou, los lectores pudieron encontrar algo sorprendente: en las páginas 1 y 2 aparecían sendas tiras en blanco y negro (formato completamente en desuso para la época) de una nueva aventura de Spirou dibujada por Yves Chaland. La historieta mostraba a un Spirou y a un Fantasio con un marcado aire "retro", que nos transportaba a los años 40 y 50 y que recordaba al de Jijé y la primera etapa de Franquin, sin dejar de aportar esa originalidad y esa modernidad características del trazo de Chaland.




En estas tiras encontramos elementos que guardan relación con las primeras aventuras de Spirou dibujadas por Franquin, como es el caso del robot, o el modo de emplear el humor. El aire colonial que recorre la historia recuerda mucho también a otra obra de Chaland, "El cementerio de los elefantes" de Freddy Lombard.El estilo de dibujo en general es bastante cercano al de las aventuras del joven del tupé y sus primos Sweep y Dina.


En el siguiente número el Spirou de Chaland conquista la portada .  
 
En el Nº 2305, concidiendo con la entrega  nº 9 de la historieta de Chaland, se comienza a publicar simultáneamente en las páginas de la revista la aventura de Spirou y Fantasio "Virus" de Tome y Janry. En la página 2 podemos leer un editorial titulado "¿He dicho retro?",  que es una reflexión alrededor del curioso hecho de que convivan en la misma revista  dos aventuras de Spirou dibujadas por autores distintos. En el editorial podemos leer: " (...)en uno y otro caso, Spirou se encuentra en su mundo(...)Spirou es un personaje intemporal, eterno, que pasa a través de las modas (...) Spirou es la aventura en su expresión más noble(...) necesita a gente que crea en él para contar sus aventuras y para leerlas. Por ello os presentamos Spirous distintos en apariencia, pero muy parecidos en su gusto por la aventura". 

Esta situación y esta actitud del editor presagian claramente lo que será la serie paralela  "Spirou y Fantasio par..." en la que se da a distintos autores la oportunidad de dibujar un álbum de Spirou, cada uno con su estilo y visión personal del personaje.
Lamentablemente, la aventura no llegó a terminarse. Se publicó una edición pirata bajo el título "À la recherche de Bocongo"(1984) y más tarde una edición oficial titulada "Coeurs d'acier" ("corazones de acero"), que incluye, además de las tiras originales, un texto de Yann Le Pennetier ilustrrado por Chaland, narrando el final de la aventura.(Champaka, 1990).
Los lectores se quedaron con las ganas de ver acabada en viñetas esta historieta singular y única. En cualquier caso, ahí queda, como parte del legado de Chaland, cuya influencia es palpable en autores posteriores, como Olivier Schwartz, que realizó una aventura de Spirou y Fantasio que recuerda inevitablemente a Chaland, de la que ya hemos hablado por aquí: .Le groom vert-de-gris



jueves, 18 de octubre de 2012

ORIÓN de Jacques Martin (II): "El Faraón" y "Los oráculos"

Tras los dos primeros álbumes de Orión, ya comentados en este blog, llegarían dos volúmenes más pero sin Jacques Martin a los lápices.

"El Faraón"

portada fara Christophe Simon, que había desempeñado labores de ayudante de Martin en las páginas finales de "El río Estigia", firmaría ya como dibujante el tercer álbum de Orión, "El Faraón".

Ambientado en un Egipto ocupado por los persas y en la que Orión y Sorg son contratados como mercenarios por un noble egipcio, Amirteo, aspirante a erigirse en faraón, el álbum se distancia de las dos entregas precedentes en mucho sentidos.

El escenario se aleja de la Antigua Grecia y se traslada a otras regiones muy queridas por Martin, ofreciendo la novedad de presentarnos la rivalidad entre persas y egipcios, y teniendo como principal aliciente sus descripciones de la ribera del Nilo y de los templos, recreados con todo lujo de detalles con sus columnas policromadas.

Al igual que en los otros álbumes de Orión, el sexo se explicita de forma mucho más franca que en Alix, y el personaje principal tiene apetitos más mundanos, aunque tampoco eso lo hace más cercano, ya que tampoco es un tebeo que pretenda despertar la empatía.

orion simon

El dibujo de Christophe Simon pierde el clasicismo y el toque martiniano que había exhibido en "El río Estigia" y por momentos se diría que está a la búsqueda de un estilo propio, que en este caso prima los grandes planos generales con las figuras reproducidas a menudo en la lejanía. En posteriores obras, el trazo de Simon se iría progresivamente desvinculando del estilo Jacques Martin y acercándose a la escuela italiana, lo cual es como poco chocante teniendo como cometido una de las principales series del cómic franco-belga. Con todo, en el cuarto volumen de Ella Mahé, "El color de los dioses", Simon realiza quizá uno de sus mejores trabajos y alcanza un equilibrio con un tratamiento del desnudo femenino en el que se percibe cierta influencia de Paul Cuvelier y su Epoxy.

"El Faraón" cerró la serie Orión en 1998, considerada como la trilogie grecque hasta que trece años después llegase una pequeña revolución con el cuarto álbum.

"Los oráculos"

ora

Marc Jailloux sería el encargado de resucitar la serie Orión con "Los oráculos". La acción se sitúa de nuevo en la Atenas de Pericles; prácticamente se retoma la trama donde se había dejado en "El lago sagrado", obviando los dos episodios posteriores. La rivalidad entre Atenas y Esparta se salda con otra trifulca en la que la intervención de Orión resultará providencial a la hora de desmontar la conspiración que se había urdido.

Quedan esbozados algunos aspectos de la democracia ateniense, como el papel de la oligarquía o el culto a las deidades helénicas, que se reviste de importancia ya que de alguna forma rige los destinos de sus habitantes. orion jai

La aparición del joven Panayotis, acompañante de Orión en un remedo del Enak de Alix o el Jean Jean de Lefranc, parece más una decisión personal, casi nostálgica, que una imposición editorial. Tampoco es que moleste, pero la recuperación hoy en día de uno de los arquetipos en boga en los años treinta y cuarenta del pasado siglo no tiene el mismo sentido que hace décadas.

Es posible que de esta forma se pretenda redondear la vuelta a los orígenes que preconiza "Los oráculos". De hecho, a Marc Jailloux gracias a este álbum se le saludó como el más fiel heredero de Jacques Martin, afirmación que quizá no sea del todo exagerada: a falta de los trabajos más recientes, "Los oráculos" de Jailloux y "El testamento de César", de un inspirado Marco Venanzi, son lo mejor que le ha pasado en casi veinte años al universo Jacques Martin, variante Roma y Grecia antigua.

Ciertamente se palpa en el trabajo de Jailloux el respeto hacia los clásicos y la intención de hacer justicia al personaje y a la serie. Adopta el decoupage de tres filas de viñetas característico de Orión, y procura arrimarse al dibujo sereno de su maestro en su última etapa. Paradójicamente tiene momentos, como en la cripta de Necromanción, en el que se aleja del trazo de Martin y sigue brillando a gran altura, casi apuntando un camino alternativo (y válido) para la serie, siempre dentro del estilo del cómic francobelga. En última instancia, la aplicación de un coloreado moderno puede confundir acerca del dibujo de Jailloux y de su posible clasicismo e idoneidad, como se deduce de la siguiente página entintada. (pinchar para ampliar)

entintado orion jai

Tan satisfechos quedaron en Casterman con el trabajo de Marc Jailloux que se le ha confiado la serie Alix con el álbum "La última conquista", de próxima aparición, mientras que la serie Orión, lejos de interrumpirse, ha pasado a manos de Cédric Hervan, con el álbum, "El Rey de Reyes", cuyo título alude a la última página de "El Faraón" -Baalgoas, el caudillo persa amigo de Orión, menciona: "El Rey de Reyes mira sobre todo hacia Grecia y Occidente"-, por lo que puede que se desarrolle en Persépolis, al igual que otro álbum de Cédric Hervan, "Fue en Khorsabad".

Enlaces:

Los oráculos en el blog Masbd

Entretien avec Marc Jailloux (Auracan)