La revista Chicos, la más importante de los años cuarenta, se apoyó en unos dibujantes estrella (Jesús Blasco, Ángel Puigmiquel, Emilio Freixas) cuyo estilo no tenía mucho que ver con el practicado por los cuadernos de aventuras que dominaban otra porción del quiosco. A día de hoy, los dibujantes de Chicos son menos conocidos que los que del cuaderno de aventuras. En cuanto al aficionado, aunque a veces como en el caso de Calderón de la Barca y Lope de Vega, se ha intentado entablar una enemistad entre ambas escuelas, no hay necesidad alguna de tener que elegir entre una u otra; ambas son parte importante del tebeo español.
Por ello artículos como el de La canción de Tristán sobre Jesús Blasco son especialmente idóneos para ir conociendo y valorando esa parte de nuestra historia del noveno arte.
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