José Luis ha abierto el fuego con el Instante Estelar dedicado al Spirou de Chaland para inaugurar una serie de entradas que consagraremos a la línea clara. (Qué mejor imagen para unir tradición y modernidad que el Spirou de Chaland, pensamos hace unos meses cuando maquinamos este especial línea clara)
¡Rayos y centellas! ¿Pero este blog no iba de la línea clara?
Bueno, sí. De hecho, muchas de las entradas de las próximas semanas recuperarán textos ya publicados en este blog, a modo de hemeroteca.
Pero reconozcamos mientras tanto que hay una corriente general del cómic franco-belga, incluso del clásico, más realista, y que difícilmente tiene encaje en lo que llamamos línea clara. No es queramos apartar ese realismo de los contenidos del blog, sino que durante un tiempo limitado "vamos a centrarnos un poco".
Centrarnos hasta el punto de que las entradas de las próximas semanas dedicadas a la línea clara no quieren tanto indagar en los orígenes como en los autores que con posterioridad, sobre todo a partir de los años ochenta, han cultivado este estilo.
Sí. En cierto modo se alentará el debate estético sobre este estilo y su pervivencia, que deja varias preguntas en el aire. ¿Tiene sentido la línea clara hoy en día? ¿Qué vías hay abiertas para su desarrollo? ¿Es el atomstyle, o atoomstilj, una corriente a considerar dentro de la línea clara?
Rescatamos al respecto una cita de Pepo Pérez (extraída de Con C de Arte):
"Al contrario, por cierto, de lo que pasó en el revival de la línea clara de los 80, donde un surtido grupo de autores europeos se lanzaron a homenajear el estilo de los maestros francobelgas (Swarte, Floch, Chaland entre los que tenían voz propia y eran, por lo tanto, más interesantes; otros, los puros copistas, Dick Briel, Dominique Hé y un largo etcétera, ya olvidados), donde los dibujantes se limitaron a dibujar "a la manera de" consiguiendo, en el mejor de los casos, recreaciones simpáticas de lo que sus maestros descubrieron. Más tarde algunos de ellos, básicamente Chaland, emplearía todo ese bagaje para ser el mismo (como dijo alguien por entonces, "dejar de ser referencia para convertirse él mismo en referencia"), pero la mayoría, una vez superado el efecto sorpresa, se fueron difuminando hasta confundirse con el paisaje. Qué bonita frase. Perdón.
De entrada, entonces, creo que sólo Tardi entendía el tema "línea clara" no como un referente estético sino como un método de trabajo: dibujar sintetizando a partir de la realidad, y aplicar ese grafismo en una narración donde la historia discurriera primando la legibilidad sobre cualquier otra cosa, buscando la modernidad en lo formal, recreándose en la documentación, huyendo del efecto gratuito, de lo apabullante y desmesurado: buscar una buena historia y contarla con una simplicidad perfecta, aunque ello implique un despliegue de recursos mayor que los aparentemente costosos claroscuros de gran intensidad dramática y las angulaciones de dinamismo non plus ultra tan del gusto de cientos ¡y hasta cienes! de astutos lectores."
Esto... hay tema, caray que si hay tema...
Para ir abriendo boca, enlaces relacionados:
Tras la estela de Hergé, por José Luis Povo (La Caraviñeta)
La línea clara: la viñeta en estado químicamente puro (Rayos C en la oscuridad)
Los hijos de la línea clara (Álvaro Pons, EL PAÍS)
Bueno, yo no tengo tan claro que Chaland y Tardi sean tan herederos de Herge, creo que hay una fuerte influencia tambien del maestro Franquin. De hecho, yo Freddy Lombard lo veo como una mezcla de Tintín y de Spirou, y Albertito creo que tiene más todavía de Spirou.
ResponderEliminarDe todas formas, aplaudo la interesante iniciativa de dedicar una serie a la línea clara.
Buen apunte, Blueberry, que invita a la reflexión. Coincido en que en el caso de Chaland hay mucha influencia de Franquin.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado la iniciativa de dedicar una serie a la línea clara (recuerdo que pusiste en tu blog un dibujo de Chaland muy representativo). En definitiva, creo que nos divertiremos con esta serie de entradas...