¿2010? Al ver la fecha de este Instante estelar lógicamente lo primero que pensarán es que ha habido algún error en los mandos de nuestra destartalada máquina del tiempo, y que al tener recientes las imágenes de Lina no hemos ajustado las coordenadas temporales con tal de ojear otras obras de Cuvelier.
En otro Instante estelar ya visitamos el mítico primer número de la revista Tintin, aparecida en los quioscos francófonos en 1946, donde vio la luz Corentin, el clásico de aventuras de Paul Cuvelier sobre un marinero bretón en el siglo XVIII, que recibió su bautizo con una página en blanco y negro. (véase imagen inferior, pinchar para ampliar)
Pero no, no ha habido error, no deseábamos ir a 1946 ni a los años subsiguientes cuando todavía la serie estaba en curso, sino a 2010, año de la restauración de Corentin por Le Lombard.
Como se verá en la siguiente imagen, correspondiente a la reedición de 1978, editar Corentin entraña cierta dificultad.
No soy especialmente puntilloso con el tema de las ediciones. Muchos lectores cuando apenas teníamos uso de razón disfrutamos de lo lindo con los colores Bruguera con los que se editó Corentin en la revista Zipi y Zape. Pero hay que reconocer que estamos ante un clásico del tebeo, que merece mejores ediciones.
La reedición de 2010 supera con creces a otras que han circulado anteriormente. Y tanto. Con todo, les dejo con el impresionante artículo Corentin: restored, recolored and reprinted para que lo valoren por sí mismos.
Otros enlaces:
Pues no conocía esta obra, pero es primera página en b/n me ha encantado!
ResponderEliminarMuy interesante, Pablo. Al ver las planchas con los colores restaurados, me han recordado a las del primer álbum de Alix, Alix el intrepido
ResponderEliminarMe alegra que te haya descubierto algo nuevo, Jolan. Ya sólo por eso vale la pena el post.
ResponderEliminarJosé Luis, a mí Alix el intrépido me da un aire muy años 40, de folletín, que de forma inconsciente me recuerda a Manuel Gago.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl artículo es obligado si se está sopesando comprar Corentin: es agridulce, sí. Con todo, la nueva edición es muy superior a la de 1978, aunque diste de ser la ideal.
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