Para muchos lectores la toma de contacto con la producción francobelga no se produjo a través de lujosas ediciones ni recopilatorios debidamente prologados. Vino de la mano de la en su día poderosa editorial Bruguera allá por los años 70 del siglo pasado.
Recordemos que en España hacia 1976 se vendían unos 7 millones de tebeos al mes. Se distribuían mayormente en los quioscos, claro está. Y pese a estar mal considerados, se toleraban e incluso fomentaban como iniciación a la lectura de los más pequeños. Véase el siguiente fotograma extraído de "Cría cuervos" (1976) donde un chaval se foguea en la lectura con Angustio Vidal, curioso testimonio del papel que desempeñaban los tebeos por aquel entonces.
Para que nos hagamos una idea, en "Los tebeos de nuestra infancia. La Escuela Bruguera 1964-1986" Antoni Guiral cifra la tirada de Mortadelo en 1971 sobre los 240.000 ejemplares igualando a la de Pulgarcito.
En 1975 Bruguera trata de exprimir el éxito de esas dos cabeceras con el lanzamiento de Mortadelo Super Terror, un extra de 100 páginas con los personajes de la casa y la temática que se le supone al subtítulo. Una historia corta de Ric Hochet y una de la serie Mr. Magellan, de Géri y Van Hamme, constituían la participación francobelga en un número mayormente volcado con cómics británicos de la IPC y para el cual se remontó el tebeo de producción propia pero de aire british "Oro ensangrentado", un episodio de Inspector Dan dibujado por Oliver en los años 50.
La buena acogida motivó que se repitiese la jugada con dos números terroríficos más, dos Superterror donde se editaron dos aventuras del Inspector Dan de nuevo cuño, ambas de 30 páginas, "La momia" y "Una cinta demasiado prieta", con guión de Andreu Martín y dibujo de Julio Vivas.
La cabecera a partir de su número cuarto pasó a denominarse Mortadelo Especial, ceñido a una temática concreta, de lo más variopinta, y presentadas por portadas alusivas de Raf en sus 170 primeras entregas, al que relevarían Segura y Schmidt.
Galería de portadas en Tebeosfera
En la publicación, dirigida a lo largo de sus 211 números de existencia por Vicente Palomares y Jorge Bayona, se citaron varios personajes emblemáticos de la Escuela Bruguera, como, por supuesto, Mortadelo y Filemón, y además Anacleto, Doña Urraca, el genial Topolino, Don Pío, etc.
Raf, aparte de las portadas, estaba presente con las inolvidables historietas de Sir Tim O'Theo.
Pero el personaje Bruguera que se conformaría en Mortadelo Especial fue Superlópez, del cual se publicarían las primeras historias cortas con guión de Francisco Pérez Navarro, y las que se compilaron luego en el excelente álbum "El supergrupo", publicadas de forma seriada.
Aparte de las historietas humorísticas, en Mortadelo Especial aparecieron numerosas contribuciones autóctonas de la escuela realista, como el destacable "Alejandro Magno", guión de José Alejandro Montiel y dibujos de José María Martín Saurí; Roldán sin Miedo, dibujado por Usero con guiones de Andreu Martín y Víctor Mora; Glen Derby, de Silver Kane y Alberto Iraola; "Cerco a la Tierra", de Jorge Bayona y Martínez Osete; el nunca suficientemente ponderado El Corsario de Hierro de Víctor Mora y Ambrós, etc.
En 1979, a partir del número 59, Mortadelo Especial comenzó a incluir las célebres Joyas Literarias Juveniles de 32 páginas de extensión.
Relación de Joyas Literarias Juveniles publicadas en Mortadelo Especial
Mortadelo Especial en Wikipedia
El cómic francobelga en Mortadelo Especial
Pero como ya adelantábamos, uno de los aspectos fundamentales de Mortadelo Especial, cancelada en 1986, fue que significó la puerta de entrada de múltiple material francobelga, especialmente del sello Le Lombard, lo que se traducía en la edición de historias anteriormente publicadas por la edición belga de la revista Tintin.
Entre los que más cabida tuvieron en Mortadelo Especial figuraba ante todo Ric Hochet, con guión de André-Paul Duchâteau y dibujo de Tibet, casi un comodín en cualquier Especial Misterio de Bruguera. (Pinchar para ampliar)
Bernard Prince, de Greg y Hermann, un clásico de aventuras con todas las letras.
La serie de ciencia ficción Luc Orient, de nuevo con guión de Greg, y dibujo de Eddy Paape.
Ringo, de Acar y William Vance.
O el Bob Morane ilustrado por William Vance.
Para un chaval de aquella época acceder por precio módico a una ración de Bruguera y a un álbum completo francobelga era todo un regalo. No hay nostalgia: la España de entonces era gris en muchos aspectos. Y muy precaria, pero quizá gracias a ello -entre semana, TVE emitía la carta de ajuste a mediodía- se mantuvo cierto hábito de lectura y unas ventas abultadas.
Huelga decir que esta producción, belga en su mayoría, no fue publicada en condiciones. Deficiente calidad de impresión, horrible rotulación mecánica y, glups, varias páginas en bitono para abaratar costes, como la siguiente que reproducimos de Michel Vaillant.
Muchos pensarán, y con razón, que si hablamos de los contenidos originales de Tintin y de Bruguera es más indicado citar la edición oficial de la revista que publicó en castellano la editorial barcelonesa entre 1981 y 1982, pero por cuestiones de edad varios lectores accedimos antes a esos tebeos gracias a Mortadelo Especial, los especiales de la revista Zipi y Zape u otros extras de Bruguera.
He consagrado estas líneas a Mortadelo Especial pues para muchos constituyó un hito. Bien es cierto que personajes como Comanche fueron publicados mayormente en la edición semanal de la revista Mortadelo (en Mortadelo Especial según creo de este western sólo se insertó el episodio "Recuerda, Kentucky", concretamente en el nº 144, Otoño locuelo).
Ediciones actuales
Por fortuna prácticamente todos los álbumes francobelgas que se editaron en los especiales Bruguera han sido recopilados en cuidados volúmenes en francés, algunos de ellos lanzados tras la campaña publicitaria "Les trésors du Journal Tintin".
En castellano destacar la magnífica edición que Planeta DeAgostini realizó de Comanche, en dos volúmenes muy asequibles.
Un clásico imperecedero, uno de los mejores westerns junto al imbatible Blueberry, en el que, paradojas de la vida, es obligado referirse a la ediciones Bruguera, pero no a los álbumes Jet sino a las ediciones en revistas con grapa.
En El blog ausente se reproducen cinco páginas pérdidas de Comanche que no recogió la edición integral pero que fueron publicadas en la versión serializada. (Mil gracias, así como a aquellos que han rescatado esos viejos ejemplares de Bruguera).
Otro contenido que ha sido recopilado en volumen integral en castellano ha sido Ringo, con dibujo de William Vance, autor belga residente en Santander del que Ponent Mon también ha editado Ramiro y Bruce J. Hawker.
Es de esperar que muchas de esas aventuras que en su día leímos en las ediciones de Bruguera las veamos tarde o temprano editadas como se merecen, como auténticos clásicos del cómic.
Felicidades por esta preciosa y necesaria entrada, y también por la anterior. Ambas son muy atractivas para mí.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Estupenda entrada,Pablo, que despierta la nostalgia. Yo conocí a Ric Hochet allí, en el Mortadelo especial Circo con "Pánico en el circo".Y recuerdo que el Mortadelo super terror, em impresionaba y todo, siendo bien pequeño...Comparto tu alegato final y lo hago extensivo a otros clásicos aparecidos en Zipi y Zape especial, como es el caso de Corentin o Chick Bill,como hemos comentado ya en el blog.
ResponderEliminarGracias, Jesús. Lecturas inolvidables, sin duda. Respecto de la entrada anterior que mencionas, en "Memoria de la novela popular..." es muy interesante en parte porque refleja una época y lo que fue Editorial Valenciana, sobre todo en su faceta de editora de bolsilibros pero también hay testimonios sobre su vinculación con los tebeos.
ResponderEliminarAy, José Luis, el Zipi Zape Especial... Ese Corentin, qué bueno...
ResponderEliminarYo detestaba la manera desastrosa en que Bruguera publicaba el material de Lombard y otros editores francobelgas de prestigio. Habiendo tenido acceso a la revista "Tintin" belga original, yo sabía que ese infame colorido "made in Bruguera" nada tenía que ver con el delicado color original. Parece ser que el motivo por el que Bruguera no utilizaba este último se debía que al adquirir los derechos de un cómic extranjero, había que pagar por la página original y por el fotolito de color respectivo, y a Bruguera le salía más barato pagar solo por la página original y “colorearla” por su cuenta, que adquirir además su fotolito. Menos mal que todo eso pertenece al pasado de nuestra industria tebeística, y ahora podemos disfrutar de estos clásicos de Lombard en ediciones dignas.
ResponderEliminarLeída tu entrada, Alfons Moliné, has desvelado el porqué del espantoso coloreado de Bruguera (y qué rotulación, ya que estamos). En efecto ahora se publica en condiciones.
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