Para celebrar estas fechas navideñas subimos a nuestra destartalada máquina del tiempo, que nos lleva a diciembre de 1966. Número 81 de Cavall Fort con portada de Cesc, perfecta para esas fiestas.
Como es sabido, la publicación entre que se distribuía por suscripción y que estaba promovida por la Iglesia católica -por los Secretariats catequístics de Girona, Vic i Solsona- pudo sortear la represión del Régimen Franquista y editarse en catalán.
En este número 81 Cavall Fort concluía su quinta época y anunciaba un cambio de periodicidad, a razón de tres números por mes. El ejemplar celebra la navidad con un número extra de páginas, cuarenta, y contiene varios motivos navideños, orientados, claro está, dentro del rito cristiano, y ahí están artículos como "Les figures del pessebre", "El pessebre vivent" o una suerte de oración ilustrada que repasa el Nuevo testamento.
Por lo demás, la revista hace honor a su fama de servir de puerta de entrada de la escuela francobelga en nuestro país, comenzando por Gil Pupil.la (sic), que luego editaría Casals y del que ya comentamos la reciente recopilación de Planeta (aquí y aquí).
Gozoso encuentro con la Escuela de Marcinelle que continúa con un personaje menos conocido, L'inefable Felip, obra de Mittéï que vio la luz en la revista Tintin como L´Indésirable Désiré y que Bruguera difundió como Poncio Soponcio.
Completa una joya del tebeo juvenil, La patrulla dels Castors, con guión de Jean-Michel Charlier y dibujos de Mitacq, de la que se nos ofrece su cuarta aventura, "Darrera la pista de Mowgli".
Entre las firmas autóctonas, Pineda Bono y Quina trepa, Manel y El Nasi, y Granero y su Pitof.
También encontramos una de las firmas emblemáticas de la publicación, Josep Maria Madorell con Els Galifardeus.
Y cierran la revista las historias de Jep i Fidel, de Madorell, que durante décadas, hasta 2004, ocuparon la contraportada. En este caso con una historieta indicada para esas fiestas (pinchar para ampliar), en la línea clara habitual del autor.
Un broche idóneo para empaparnos de espíritu navideño.
Como se ha insistido una y otra vez, los tebeos son un medio excelente para iniciarse en la lectura, algo que parece haberse olvidado en las últimas décadas. No dejaremos de recalcar, y más en estas fechas en las que los más pequeños ganan protagonismo, el goce que proporciona a los chavales la lectura de cómics.
¡¡Que se regalen muchos tebeos estas navidades!! ¡Y que el año que viene sea mucho mejor que este!
También en Mis cómics y más:
Otros Instantes Estelares:
Hermosos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Pablo. Lo que nos hemos perdido los no catalanoparlantes.Recuerdo a "Poncio Soponcio" de las revistas Bruguera, y también lo leí en la revista "Tintin" de Zendrera, con el nombre (más fiel al original) de "Indeseado Desiderio". Felices fiestas!!
ResponderEliminarPues ya ha llovido desde entonces, Interrobang. Abrazos.
ResponderEliminarGracias por el dato, José Luis. A todo esto, piensa que el Cavall Fort actual tiene bastantes contenidos procedentes de la revista Spirou, qué apetitoso. Felices fiestas.