El reciente intercambio de opiniones respecto de Jacques Tardi y las ediciones de su obra me ha vuelto a recordar la política de editar en tamaño reducido cómics europeos que piden, o necesitan, del formato álbum para su completo disfrute.
Esto es más evidente cuando se ha conocido previamente la edición en tamaño digamos "original". Entre los casos más sangrantes en los últimos años citar el integral en pequeño formato de Ranxerox por parte de La Cúpula, cuando el dibujo de Liberatore, que causó sensación en los años 80, es espectacular como pocos. Cierto que esta edición reducida se lanzó simultáneamente en el resto de Europa, pero ello no quita para que personalmente la considere un error.
Algo similar ocurre con el imprescindible integral "Casi completo", de Joost Swarte, una edición cuidadísima por parte de La Cúpula con un solo pero: el tamaño reducido le hacía un flaco favor.
Por su parte, la edición de Norma de los integrales de Adèle Blanc-Sec en tamaño reducido, coincidiendo con el estreno de la adaptación cinematográfica de Luc Besson, dejaba un sabor agridulce a poco se comparase con las ediciones de Cimoc Extra-Color.
Recordemos que entre los pioneros en publicar en tamaño pequeño y precio asequible se encuentra la editorial Planeta DeAgostini, que con la colección Especial BD pretendió acercar al lector español una serie de obras que tenían una comercialización difícil debido a la escasez de lectores. Pesaba, supongo, la idea de que un lanzamiento en formato álbum no sería rentable, o al menos en la misma medida por una simple relación entre el PVP y la respuesta de un público cada vez más escaso. Personalmente, recibí con alborozo esta noticia, ante la posibilidad que brindaba de conocer algunos títulos con bastante predicamento en el mercado francófono y que acá seguían inéditos. En concreto, tenía gran interés en la saga Aldebarán de Leo. El autor brasileño presentaba una trama de ciencia ficción que tiene mucho de recorrido iniciático, donde encaja un buen cuadro de personajes, humanizados a tenor de una hábil recreación de sus virtudes y defectos, sin olvidar la descripción de un entorno extraterrestre y de una fauna abiertamente hostil; todo ello presidido, en primer lugar, por el gran enigma que rodea a una especie en concreto y, en segundo lugar, por el choque entre una sociedad totalitaria e intolerante y otra más avanzada a todos los niveles, rematado por una generosa dosis de erotismo para que no decaiga el interés.
En su día, lo disfruté y con su ideario cuasiadolescente me recordó la revista Cimoc en sus mejores tiempos. Sin embargo, cuando trato de revisarlo considero que el tamaño reducido juega en su contra. Se coloque o no a Leo como un dibujante más o menos dotado, demuestra que en un álbum de cómic europeo el tamaño es crucial para su perfecto disfrute. Es algo que por cierto no está al alcance de las tablets: por más que el soporte digital permita una ampliación de una viñeta determinada no es ni remotamente lo mismo.
En cierto modo, el tamaño reducido es un efecto colateral de la moda de la novela gráfica en un afán por adaptar todos los cómics a ese formato tan manejable, aunque fuesen concebidos para su lectura a mayor tamaño. En cualquier caso, en mi opinión, el tamaño reducido (o jíbaro, como se ha popularizado entre los aficionados), o en otras palabras reducir obras que previamente se han publicado a gran formato, creo que a la larga perjudica al mercado y, cómo no, al medio.
Bueno, mi primera noticia de la jibarización fueron los llamados Poket de Ases de Bruguera, allá por los años 80, inicios. Tenían los derechos de los superhéroes de Marvel y de algunos otros de tiras de Prensa (Mandrake, El Hombre Enmascarado, Principe Valiente) y con la reducción oportuna, sobre todo quitando resumiendo el texto de la viñeta se conseguía el cutre-efecto de más cantidad por menos precio, pero a qué precio, dejarse los ojos siguiendo el argumento y alguna neurona quemada por la simplificación del texto.
ResponderEliminarA mí personalmente, y creo que los que tenemos unos añitos y nos cuesta trabajo de leer las cosas pequeñitas, nos parece una putada eso del formato pequeño, yo lo empiezo bien, pero me canso el doble o el triple que en el formato normal. Mira que los avispados editores de tebeos hacen cosas para cuidar nuestros bolsillos, editar cosas en color en blanco y negro o reducir el tamaño de las viñetas.
Por ahí tengo una edición reducida de From Hell que se me hizo muy muy cuesta arriba, pero queda muy bien en las estanterías (entre los libros de Juego de Tronos y la Busqueda del tiempo perdido)
El dibujo de Tardi, se pongan como se pongan los señores de Norma, queda fatal en formato jibarizado, pero bueno, son malos tiempos para el mercado y tenemos que tragar con lo que nos echen (o casi tenemos que tragar)
Completamente de acuerdo, Pablo. LA novela gráfica funciona porque ha sido concebida para ese formato en cuanto a la composición de las páginas, nº de viñetas; y las reducciones no funcionan porque como dices se hconcibieron para su tamaño original.
ResponderEliminarGracias, Blueberry, por rememorar el Pocket de Ases. Tuve un ejemplar de El Príncipe Valiente, que era más una curiosidad que otra. ¡¡¡Qué edición más pequeña!!!
ResponderEliminarTienes razón que Tardi se nota mucho el formato, por más que se empeñen en lo contrario.
Jope, José Luis. Acabo de recordar que han jibarizado a Giardino en "¡No pasarán!".
ResponderEliminarAlucinante, con el nivel de detalle que tiene Giardino... Y qué bien hubiese quedado un integral en condiciones...
y encima yo fui y me lo compré!(y es que no tenía los volúmenes sueltos). Aun así lo disfruté...
ResponderEliminar"¡No pasarán!" también se disfrutará en formato jíbaro, pero lo suyo es el tamaño álbum.
ResponderEliminarAnte esta tesitura, cada vez me alegro más de haberme pillado los álbumes en formato grande cuando salieron en su día, como los Adele Blanc-Sec, Giardino o incluso el muy reciente "Los combates cotidianos".
Una entrada muy atinada. Creo que detrás de todo esto hay una gran falta de respeto al mundo de la historieta, que por muchos editores todavía es considerado como un pasatiempo infantil. Y como nos toman por niños (y por tontos) nos quieren dar gato por liebre: obras en color publicadas en blanco y negro, a menor tamaño del que fueron concebidas, saltándose episodios en las series de determinados personajes, tapas blandas por duras, etc. El ejemplo del Príncipe Valiente lo resume todo: he visto versiones en blanco y negro (B.O.), cambiando la coloración y la estructura de la página (Buru Lan), a tamaño reducido (Pocket de Ases)en fascículos de mala calidad pero en color y respetando las planchas semanales (Ediciones B) y podría seguir todavía más.
ResponderEliminarCreo que todo esto es respetar poco el noveno arte y a los consumidores-aficionados a los tebeos. Pequeñines, no gracias !!!
Pablo,
ResponderEliminarpara seguir con los ejemplos; a mí me dolió especialmente el integral de Frank Capra editado por Glenat y el de León el terrible también de Glenat. Aunque desgraciadamente hay muchos ejemplos más: Durango, los texone de Victor de la Fuente e Ivo Milazzo etc.
Un gran post.
Saludos.
Muy interesante reflexión, Joaquín. El Príncipe Valiente desde luego se lleva la palma en cuanto a número de ediciones, bien dispares.
ResponderEliminarUna precisión, ya que se ha mencionado: personalmente rompo una lanza a favor de la tapa blanda. Tengo álbumes de la colección Humanoides, Cimoc Extra Color, Toutain... series como Bois-Maury, Isa o Jonas Fink y la tapa blanda no les desmerece en absoluto. Cito estos pues son de relectura y revisita cada cierto tiempo y nunca me ha chirriado la tapa blanda (el interior se conserva perfectamente). Lo encuentro además muy interesante por el precio y porque ayuda a que la BD pueda acercarse un poquillo a los pvps del manga y el comic USA que tradicionalmente copa el mercado.
Ahora, tapa blanda o dura, que en el fondo la considero una cuestión secundaria, lo que veo importantísimo es el tamaño álbum para el cómic europeo. Pasear la mirada por un álbum de Blueberry es toda una experiencia... lo que hago extensivo a otros álbumes, westerns o de aventuras, que por acá hemos visto reducidos...
Tristán, ejemplos muy ilustrativos los que citas. De hecho, tanto el integral de León el Terrible como el de Frank Cappa (qué cómic más bueno) no los compré por el tamaño jíbaro... Es que habiéndolos conocido en otro tamaño... se hacía muy cuesta arriba esta edicion...
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