Hay quienes gustan de hacer la maleta empezando por los libros que piensan leer durante el descanso vacacional. Saben que hay un sonido más relajante que el de las olas: el que se produce al pasar las páginas.
Este verano, aunque sea de los más extraños que hemos vivido en décadas debido a una crisis a la que todavía no se le vislumbra el final, o quizá precisamente por ello, no podíamos faltar a nuestro rito de disminuir la pila de pendientes que ha ido creciendo a lo largo del año.
Veo en la pila algunos tebeos que por uno u otro motivo no leí en su momento, como “Asterios Polyp” (Sinsentido), “Los cazadores de fósiles” (Aleta), que aguardan ese momento en el que ser leídos de un tirón, o “30 días de noche. 30 días hasta la muerte” (Norma), a cargo David Lapham (Balas perdidas), una de las voces más fascinantes y renovadoras del comic book USA reciente.
Mención aparte para dos Alix, “La ciudad engullida”, con su aire a lo Rosinski, y el trigésimo volumen “La conjura de Baal”, con dibujo de Christophe Simon en una línea estrictamente realista que no me acaba de convencer y más desde que he leído “El testamento de César”, donde Marco Venanzi recoge el testigo martiniano y plantea un estilo mucho más adecuado para el héroe galo-romano. “La conjura de Baal” lo edita Netcom2 con 12 páginas de extras, de making of, que en cierto modo sirven de celebración, como guinda por haber completado por fin la colección en castellano. Conocí al personaje gracias a la edición de Oikos Tau de "La tiara de Oribal". Por entonces había leído Tintín, Príncipe Valiente, Capitán Trueno, TBO... Entre todas esas lecturas definitivamente Alix aportaba algo nuevo. El mimo en la ambientación, las intrigas, y sobre todo esa manera de recuperar una época lo convertían en un valor en sí mismo, en algo muy especial para los aficionados a los tebeos. Cuando estos los llamaron cómics, los compré en la edición de Norma Editorial, ¡qué buenos momentos!, y cuando se interrumpió proseguí con dificultad y diccionario en ristre leyéndolos en francés. Por ello, el hecho de que una editorial en pleno siglo XXI se decidiese a editarla en castellano y encima haya completado la colección, me parece inaudito.
Algunos de mis álbumes favoritos, como "La garra negra", los pude leer en francés. Luego, en la edición en castellano, comprobé con mayor claridad que se encontraba entre los mejores trabajos de Jacques Martin.
Ficciones, en suma, en las que zambullirse y aliviar los calores del verano.
Otros álbumes, como “La isla maldita”, en un estilo muy de línea clara, exhiben una densidad que no se encuentra en los cómics actuales: el álbum de Jacques Martin, de 62 páginas, tiene planchas con hasta 17 viñetas, y encima con profusión de textos; no es desde luego de esos cómics que se leen en un suspiro, y al concluirlo deja un poso de satisfacción, una catarsis, comparable al que dejan las grandes obras. Con todo, lo que más me ha sorprendido de esta edición en castellano ha sido la oportunidad de conocer el Jacques Martin de los años 80. En principio hay consenso en que el mejor Martin es el de los 60, el de los 70 no se queda corto desde luego. Pero los ochenta ya se suponía un período de declive. Sin embargo, me he topado con obras de gran nivel, en especial “El niño griego”, fascinante viaje a Grecia que en cierto modo anticipa una destacable serie de Martin, Orion.
No sólo de tebeos vive el hombre. Varias colecciones de DVD proponen un verano cinéfilo con ediciones cuidadísimas. Para los aficionados al terror clásico y al cine de misterio y suspense que no se pierdan el pack “Lon Chaney Jr. Los misterios de Inner Sanctum” (L’Atelier 13), que compila las seis películas que produjo Ben Pivar bajo el sello Inner Sanctum, a caballo entre el misterio y el terror, y cuyo libreto de 32 páginas, ilustrado por cuantiosas fotografías, incluye una versión revisada y ampliada del artículo que escribí sobre el ciclo para el libro “Cine fantástico y de terror de la Universal”, con texto adicional de Tommy Meini. L’Atelier 13 propone otros lanzamientos como el pequeño clásico de ciencia ficción “The Colossus of New York” o la desasosegante “The Maze”.
Por su parte, Bang Bang Movies, en su colección Los esenciales del cine negro, ha editado varios títulos acompañados de jugosos libretos: "¿Quién mató a Vicky?" (I Wake up Screaming, 1941), película fundacional del género; "Retorno al abismo" (Conflict, 1945), con un Humphrey Bogart en un papel desacostumbrado; o "Mujer sin pasaporte" (A Lady without passport, 1950), uno de los trabajos más reivindicados de un director de culto, Joseph H. Lewis; que pueden complementar a otra novedad estival, el pack de Gary Grant consagrado a la aviación con "El águila y el halcón" (The Eagle and the Hawk, 1933) y "Alas en la noche" (Wings in the Dark, 1935), o a un clásico de siempre, "A tiro limpio" (1963), joya del cine policiaco español.
En cuanto a la literatura, tres libros que probablemente muchos habituales del blog ya habrán leído. Por si se hubiesen perdido alguno, recomendar un clásico contemporáneo, “La ciudad de los prodigios”, de Eduardo Mendoza, que revive una Barcelona de folletín que luego hollará nuestro Miquel Mena; un viaje al siglo XVI, “El sueño de la razón” (Minotauro), donde Juan Miguel Aguilera, a través de una historia que desentraña algunos misterios en torno a Juana La Loca y su vástago Carlos I, propone una mixtura de género fantástico y novela histórica al nivel de su magnífica y seminal “La locura de Dios”; o “Pandora al Congo/Pandora en el Congo”, escrita en catalán, intensa recreación del pulp aventurero donde el autor de “La pell freda/La piel fría”, Albert Sánchez Piñol, nos regala una obra inspiradísima.
En cuanto a la literatura, tres libros que probablemente muchos habituales del blog ya habrán leído. Por si se hubiesen perdido alguno, recomendar un clásico contemporáneo, “La ciudad de los prodigios”, de Eduardo Mendoza, que revive una Barcelona de folletín que luego hollará nuestro Miquel Mena; un viaje al siglo XVI, “El sueño de la razón” (Minotauro), donde Juan Miguel Aguilera, a través de una historia que desentraña algunos misterios en torno a Juana La Loca y su vástago Carlos I, propone una mixtura de género fantástico y novela histórica al nivel de su magnífica y seminal “La locura de Dios”; o “Pandora al Congo/Pandora en el Congo”, escrita en catalán, intensa recreación del pulp aventurero donde el autor de “La pell freda/La piel fría”, Albert Sánchez Piñol, nos regala una obra inspiradísima.
Ficciones, en suma, en las que zambullirse y aliviar los calores del verano.
Siendo un incondicinal de Rosinski, voy a tener que adelantar la lectura de "La ciudad sumergida" a ver si esa comparación está justificada... :)
ResponderEliminarSaludos!
Fantástica maleta, Pablo. Gracias por compartir tu recorrido personal por los álbumes de Alix. Estoy de acuerdo en lo que dices del Alix de los 80. El empreador de China , por ejemplo, me parece otro Alix intenso e inolvidable.
ResponderEliminarYa contarás, Jolan. Es posible que ese look a lo Rosinski y que se nota más hacia mitad del álbum se por la temática digamos celta de este episodio, por darle un toque más "bárbaro" y menos romano... Es una hipótesis.
ResponderEliminarJosé Luis. Me sorprendió El emperador de China por lo claustrofóbico de su planteamiento, una residencia entre montañas, ese fatalismo, y por la capacidad para transmitir la ceremonia y parsimonia de algunos ritos chinos.
Muy interesantes recomendaciones.
ResponderEliminarPor cierto ¿Has leido "La guarida del lobo" de la serie Lefranc? Me parece una obra maestra de la BD hecha excepcionalmente por dos genios como son el propio Martin y Bob De Moor.
Saludos.
Buenas, Tristán. Coincido. "La guarida del lobo" un álbum excepcional, y Bob de Moor una figura a reivindicar...
ResponderEliminarLo de "La guarida del lobo" en mi caso es como un chiste de Jaimito: Compré en su día dos Lefranc de Grijalbo, entre ellos "La guarida del lobo". No seguí comprando creyendo que seguirian en catálogo por los siglos venideros, já, y cuando miro de comprar más, todos agotados. Ahora los reeditan y resulta que uno de los pocos que tengo, "La guarida del lobo", lo vuelven a publicar pero con extras... así que no he podido resistirme y lo he vuelto a comprar.
Estoy disfrutando mucho con Lefranc, por cierto.
Los extras son buenísimos Pablo (la guardia del ..), yo lo tenía en Francés y al igual que tú lo he comprado de nuevo. Coincido en lo de obra maestra, porque está hecho por maestros principalmente, cosa me temo que no se repetirá en la serie.
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