El blog de José Luis Povo

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jueves, 15 de noviembre de 2012

Reseña: "GRINGOS LOCOS", de Yann y Olivier Schwartz

"Gringos locos", de Yann ygringos-locos portada Olivier Schwartz, se sitúa entre aquellos cómics que abordan la historia del medio, una vía poco transitada pero que ha dado obras de calado como la mirada al mundo de las agencias de "Los profesionales", de Carlos Giménez, o a la aventura de la autogestión por parte de un puñado de dibujantes estrella de la editorial Bruguera en "El invierno del dibujante", de Paco Roca. "El cómic dentro del cómic", un capítulo cuya, de momento, última entrega parece que le corresponde a  "La marque Jacobs, une vie en bande dessinée", de Rodolphe y Louis Alloing, semblanza de los comienzos de Edgar P. Jacobs como dibujante.

marque jacobs 

"Gringos locos" era un proyecto largamente acariciado por Yann: se trataba de narrar el periplo americano de tres dibujantes belgas, auténticas leyendas del medio -Morris, Franquin y Jijé-, que en agosto de 1948 cruzaron el Atlántico para buscar empleo en los estudios Disney. Este episodio de la historia del noveno arte ya fue rememorado en "La vie exemplaire de Jijé", cómic de ocho páginas con guión y dibujo de Yves Chaland y entintando de Serge Clerc y de Denis Sire, publicado en el número 64 de la revista Metal Hurlant. Reproducimos una página a continuación, pero para leerlo íntegro no hay más que pinchar el siguiente enlace:

La vie exemplaire de Jijé

vie ejem

El guionista Yann Lepennetier, nacido en 1954 y que tiene tras de sí una copiosa bibliografía (Lucky Luke, Marsupilami, Pin-up, Les exploits d'Odilon Verjus, etc), colaboró con Yves Chaland en los tres últimos álbumes de Freddy Lombard, "El cometa de Cartago", "Vacaciones en Budapest" y "F 52". gringos locos silueta

Olivier Schwartz es en la actualidad uno de los dibujantes que mejor mantienen las esencias del atomstyle con un trazo deudor de Yves Chaland, siempre brillando a un nivel superlativo. Ver para creer, la calidad de su dibujo es sorprendente. El encuentro entre Yann y Schwartz era poco menos que inevitable. Trabajaron juntos en el ya comentado "Le groom vert-de-gris",  y su trazo parecía la opción lógica para abordar la historia de "Gringos locos", con humor y también con reverencia hacia las figuras retratadas, algo que ya se podía apreciar en los primeros bocetos (véase imagen posterior, pinchar para ampliar).

 gringos boceto

En este álbum el color parece más atento a crear volumen y se aleja un tanto de la estética de la línea clara, sin que entre en conflicto con el dibujo y más bien parezca una evolución lógica para estos tiempos, como puede comprobarse en las dos imágenes siguientes.

 gringos tinta

41 gringos

Spirou_12289

 

"Gringos locos" fue publicado por entregas en la revistas L’Immanquable y Spirou, cada una con un público bien diferenciado. Asimismo, fue publicado por el diario belga Le Soir, a la espera del lanzamiento en álbum, apoyado por múltiples entrevistas y un tráiler promocional. Tenía, en fin, todos los ingredientes para convertirse en uno de los cómics de la temporada.

 

 La polémica

Tal y como recogió Le Vif, o medios especializados como BDZoom ycasemate gringos varias webs españolas, cuando estaba a punto de realizarse el lanzamiento del álbum los herederos de Franquin y Joseph Gillain "Jijé" se mostraron disconformes sobre el modo en que "Gringos locos" captaba a sus progenitores. Aducían que eran caricaturizados con el único objetivo de hacerlos risibles, a modo de gran humorada a costa de los dibujantes y su familia. Dupuis, la casa editorial del álbum, detentaba también los derechos de los tres gringos locos, Morris, Franquin y Jijé, con obras como Lucky Luke, Gaston Lagaffe o los magníficos recopilatorios Tout Jijé en su catálogo.

Así las cosas, saltaron las alarmas y se elucubró con destruir la tirada de 35.000 ejemplares. Finalmente se llegó a un acuerdo con los familiares de Franquin y Jijé para que éstos pudiesen apostillar la obra y mostrar su parecer sobre ella.

El álbum

De "Gringos locos" se editó una edición limitada, de lujo, y otra en cartoné en gran formato, 23.5 x 31.5 cm, con papel de buen gramaje y acabado excelente.

El libro tiene a modo de coda una entrevista con Yann en la que describe el proceso de documentación y transmite sin ambages la admiración por el trío protagonista. Llega a decir: "He querido enseñar a los lectores que Jijé es un personaje fabuloso, ¡un genio! No está reconocido en su justo valor."

No debieron bastar estas y otras loas que dispensa Yann en su entrevista, pues junto a un folleto publicitario se adjunta una cuartilla titulada "Advertencia al lector" para aclarar que "el álbum que tiene entre manos no es fruto de una documentación científica ni un biopic histórico..." Concluyendo que "La lectura de este álbum debe por tanto considerarse como el de una simple ficción".

No contentos con esta nota aclaratoria, en las guardas se ha pegado una separata como ven en las siguientes fotos:

 

Como puede leerse se titula "1948. Joseph, André, Maurice et les autres... Droit de réponse et quelques questions". En ella encontramos numerosas fotos que recogen a los protagonistas del periplo americano, sobre todo fotos de la familia Gillain, todo un documento. En el texto, Isabelle Franquin, hija de André, que aún reconociendo que el guionista puede darle su "toque personal" el resultado lo juzga como pernicioso para la memoria de las personas cuya vida relata, aparte de opinar que el conjunto de anécdotas reales están "explotadas mediocremente".

gringa

Le sigue una entrevista de seis páginas con Benoît Gillain, hijo de Jijé en la que contrasta sus recuerdos (contaba con diez años en 1948) con lo expuesto en el cómic, generalmente para desacreditarlo. Por ejemplo estima que el pañuelo en la cabeza que luce su padre es un préstamo de "El cangrejo de las pinzas de oro", y que el fervor religioso y el anticomunismo que se le achaca es desmedido y perjudicial para la posteridad, o estima que los personajes de Franquin y Morris lucen un carácter muy distinto al que tenían por aquel entonces.

Sea como fuere, la separata hace si cabe el álbum más valioso y el efecto "cómic  dentro del cómic, dentro del..." se multiplica hasta el infinito. Es, desde mi punto de vista, uno de los álbumes más interesantes de los últimos años, imprescindible para amantes de la BD. Sobre la polémica, como simple lector no encuentro que los personajes salgan mal parados; personalmente creo que el cariño con el que han sido tratados por el guionista y dibujante es evidente (como también me lo parecía, y creo que este ejemplo es un muy preclaro, el vívido retrato que hizo Carlos Giménez en "Los profesionales").

Hay una cita extraída de "El hombre que mató a Liberty Valance", film dirigido por John Ford sobre un guión de James Warner Bellah y Willis Goldbeck, que abre el álbum y que luego repite Yann en la entrevista: "Cuando la leyenda es más bella que la realidad, imprime la leyenda". Supuestamente este ha sido el enfoque que ha primado Yann.

El álbum a nivel gráfico es delicioso, el no va más del atomstyle junto a alguna obra de Chaland u otros trabajos del propio Schwartz. Sirva como muestra:

Preview de 10 páginas en Sigue al conejo blanco

El álbum juega a varios niveles. Por una parte captura el clima enloquecido de un viaje a ninguna parte, que en el fondo revierte en un viaje interior de los tres protagonistas, siempre con la duda de qué les deparará el futuro y su relación con sus personajes de tinta china (Morris cuestiona que hará con su vaquero cantor, Jijé imagina episodios para el botones Spirou y Franquin da con un personaje para la posteridad, Gastón).

gring

Cada uno de los tres tiene un carácter muy definido: Jijé es un extravagante, impulsivo e imaginativo pater familias, Morris es resuelto, terco y mujeriego, y Franquin es dubitativo y contemplativo. En cuanto al viaje exterior que supone el periplo americano repasa algunas divertidas anécdotas y estampas tradicionales de los USA y México: el calor atorrante de un desierto que parece Monument Valley, los tropiezos con la fauna local, el Ku-Kux-Klan, la segregación racial, la mordida de las autoridades aduaneras... todo ello visto a lomos de un Ford Hudson. 

El carácter episódico se mantiene en todo el álbum y hacia las últimas páginas van encajando algunas piezas, relacionadas con el conocido futuro de nuestros dibujantes... Sin embargo, no acaba de culminar: descubrimos en la última página que le tiene que seguir otro volumen, "Crazy Belgians", sólo que, ay, de momento es un proyecto aparcado, posiblemente por el contencioso con los herederos del trío protagonista. Desde luego, sería en todos los sentidos un álbum formidable, continuación de "Gringos Locos", en cualquier caso una obra importante, magnífica y por momentos deslumbrante sobre tres leyendas del cómic.

gring 2

lunes, 1 de junio de 2009

SPIROU Y FANTASIO: LE GROOM VERT-DE-GRIS, por Schwartz y Yann







































Recientemente, dentro de la colección "UNE AVENTURE DE SPIROU ET FANTASIO PAR...", de DUPUIS, de ha publicado el álbum "LE GROOM VERT-DE-GRIS", con dibujos de Olivier Schwartz y guión de Yann.
La colección está dedicada a ofrecer la visión del personaje de Spirou por distintos autores. Cada uno de ellos experimenta con él a lo largo de un sólo álbum, sin voluntad (en principio) de continuidad. Este esquema propicia obras singulares como la que nos ocupa.
La historia se desarrolla en 1942 durante la ocupación de Bélgica por los alemanes. Spirou trabaja como botones en el Moustic, un importante hotel de Bruselas, en el que se reúnen los más importantes oficiales del ejército nazi. Este hecho hace que su amigo Fantasio le acuse de colaboracionista. Pero Fantasio no sabe que, en realidad, Spirou es un activista de la Resistencia,un verdadero agente, que pasa información por radio sobre los planes de los alemanes. A su vez, Fantasio es acusado también de colaboracionista, por trabajar en Le Soir. (diario en el que , por cierto, trabajaba Hergé en aquella época, por lo que sería blanco él mismo de acusaciones similares). Esto crea una ruptura entre los dos héroes, que sólo se resuelve al final. Al principio del álbum se nos presenta a los personajes y el ambiente de la Bruselas ocupada, y a lo largo del desarrollo de la trama, ésta se va enriqueciendo con detalles y anécdotas relacionados con lo que fue la vida cotidiana durante la ocupación, además de multitud de guiños a los conocedores del comic belga de aquella época. Las referencias a Tintín son abundantes, desde la aparición de secundarios de la saga, como el doctor Müller, a extras que aparecen en segundo plano (Sakharine comprando la maqueta del barco Unicornio, Milú junto a un cubo de basura con una lata de cangrejo dentro, o el propio Tintín mezclado entre los periodistas).

 La imagen del mercado de las pulgas que ponemos por aquí es un buen ejemplo. (En ella aparce el propio Hergé tomando notas, y Celestino Panza robándole la cartera). Por Bruselas pululan también otros personajes de Hergé (Quick y Flupke, Jo y Zette) y deVandersteen.(Gracias a Laurent del blog "Blake, Jacobs et Mortimer" por la imagen). Uno tiene la sensación de que el telón que corrió Hergé, hablándonos del tesoro de un pirata mientras sucedía todo aquello, se descorre de repente para mostrarnos la Bruselas de los 40 en toda su crudeza: el hambre, la represión, los bombardeos...

El estilo de dibujo, muy de línea clara, recuerda mucho a Yves Chaland y se adapta prefectamente a lo que se quiere contar. En cuanto a los personajes de Spirou y Fantasio , a pesar de la temática más realista y compleja de lo que fueron las historietas clásicas de estos personajes, se nota un esfuerzo de los autores por no perder el tipo de humor característico de Spirou, concretamente, creo, de la etapa de Franquin. A mí recuerda a "Spirou y los herederos", cuando Fantasio inventó el fantacóptero; en esta aventura se muestra también su afición por los inventos extravagantes.(Que al final acaban resultando útiles).En la imagen le vemos, por cierto ,delante de un cartel que es otro de los muchos guiños tebeófilos que hay en el álbum, un homenaje a Blondin y Cirage, de Jijé.
















El título hace referencia al color del traje de botones de Spirou, adaptado al color de los uniformes nazis; hasta el fin de la ocupación no recuperará su rojo habitual.

En fin, un álbum delicioso, estéticamente impecable y que se lee de un tirón, además de todo un homenaje al propio personaje de Spirou y a la BD clásica en general.